#NoMásMuñecas es la nueva campaña en Chile que busca que los derechos sexuales y reproductivos, el aborto entre ellos, se reconozcan en la redacción de una nueva Constitución, en miras al plebiscito a realizarse el 25 de octubre.
“Estamos frente a una oportunidad histórica, donde por primera vez en el mundo una Carta Fundamental podría ser escrita por un organismo paritario que escuche la voz de las mujeres y disidencias sexuales”, expresaron desde la Mesa de Acción por el Aborto, agrupación feminista que elaboró la propuesta.
En el segundo video de #NoMásMuñecas, el titulado “la muñeca afortunada”, se habla de cómo la desigualdad en el acceso, trato y criminalización del aborto en Chile atenta contra los derechos humanos de las gestantes. Mientras tanto, la primera pieza compara a las mujeres con muñecas debido a que ambas no pueden decidir sobre sus cuerpos.
La abogada feminista encargada de los videos, Lieta Vivaldi, explicó que “el acceso al aborto se relaciona con distintos temas, entre ellos con la democracia, salud pública y justicia social. Justamente al no ser reconocida nuestra autonomía reproductiva se nos considera como ciudadanas de segunda clase, y somos gravemente discriminadas”. Así lo indicó en una entrevista con el diario El Mostrador.
Por otra parte, la falta de acceso a un aborto seguro repercute de diferentes formas y en diversos grupos de mujeres y personas con capacidad de gestar, quienes se verán más o menos afectadas de acuerdo al nivel socioeconómico .
“Al no ser legal el aborto y considerando que las mujeres abortamos igual, muchas tendrán que acudir al aborto clandestino y en ello, quienes tengan menos redes de contacto, como las migrantes, adolescentes de menos recursos económicos, mujeres en general más pobres, entre otras tantas pertenecientes a grupos históricamente discriminadas, se verán mayormente afectadas y enfrentarán mayores riesgos tanto para su salud como por la posibilidad de ser perseguidas penalmente", expresó Vivaldi.
Datos recogidos por las organizaciones Center for Reproductive Rights, Guttmacher, Medicamentalia, OMS, ONU y el Banco Mundial, muestran cómo el acceso al aborto varía según la legislación de cada país. En Sudamérica, por cada mil personas, se registran 44 abortos.
Sin embargo, si las mujeres de esta región desean interrumpir el embarazo, es posible que tenga que recurrir a procedimientos insalubres e inseguros que pone en riesgo sus vidas, pues la gran mayoría de estos países aún mantiene penalizado el derecho a abortar.