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Género

Naomi Moreno: “Ahora miro mi cuerpo con amor, con respeto, porque es parte de mí”

La actriz Naomi Moreno protagoniza “Hambre”, obra donde cuenta su lucha contra la anorexia y bulimia en una sociedad que impone cánones de belleza que terminan dañando la autoestima.

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Naomi Moreno, Hambre. Foto: Naomi Moreno

Al ser hija de un bailarín de Ballet, Naomi Moreno siempre estuvo en contacto con el arte. Sin embargo, también creció rodeada de cuerpos ideales y sintió la presión de encajar en ese molde irreal de mujer perfecta: delgada, blanca y bella.

Luchar contra todos estos estereotipos no ha sido fácil. En el camino tuvo que decirle a su familia que sospechaba que tenía anorexia y bulimia: “Papá, creo que estoy enferma, necesito hacer algo, porque siento que me voy a morir". Se repetía a sí misma: "Si no hago algo, no voy a cumplir con todas las metas que tengo con el arte”.

A sus 25 años, Naomi Moreno ha decidido compartir su experiencia de lucha a través de “Hambre”, una performance testimonial que habla sobre la sobrevalorización que da la sociedad al aspecto físico. Las funciones de la obra son el miércoles 23 y sábado 26 a las 20.00 a través del Facebook de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD).

¿Cómo nació el proyecto Hambre?

Ha sido un proceso que comencé el año pasado sobre los cuerpos hegemónicos, luego se dio la oportunidad de participar en el 4to festival de escenas cortas que está promoviendo la ENSAD. Por eso, le pedí a Mehida Monzón, una compañera que es egresada de la escuela, que me pueda dirigir y que sea parte de este proceso. Necesitaba que alguien me resguarde y que pudiera cuidar el proceso que es tan íntimo, porque de alguna manera te vulnera, pues estás mostrando a tanta gente un testimonio personal.

¿Cómo te animaste a contar tu historia a través de una performance?

Yo tuve estos trastornos alimenticios desde los 13 años, ahora tengo 25 y recién me animo a compartirlo porque es necesario. Siento que ya fue suficiente de querer tener ese cuerpo que no es mi realidad y aprenderme a amar como soy. Yo soy ojerosa, pequeña, tengo muchas secuelas en el cuerpo por la bulimia y la anorexia como flacidez y estrías. Ahora miro mi cuerpo, lo miro con amor, con respeto, porque es parte de mí.

Naomi Moreno: "Yo sé que es difícil, porque no cualquier persona puede decir frente a una cámara: 'He estado enferma por muchos años'".

¿Cómo afrontaste el proceso emocional durante la construcción de la obra?

Fue complicado, porque de alguna manera abres heridas que quieres cerrar, te pone vulnerable, porque tienes miedo a que te juzguen, a que te miren con pena. Yo decidí ser lo más transparente con mi proceso, hubo momentos en que tuve que parar y decir: “Necesito ensayar en otro momento”.

Sin embargo, me di cuenta de que escogí un buen camino cuando al terminar las funciones, muchas chicas me escribieron para decirme: “Gracias por compartir esto, lo necesitaba”. Necesitaban saber que no son las únicas que se sienten mal consigo mismas, darse cuenta que si se sienten mal con sus cuerpos es por una idea impuesta por una sociedad. Tú no estás mal, yo no estoy mal, sino que es la sociedad que te dice cómo tienes que ser y así no somos.

En la obra también hablas de las redes sociales, ¿cómo contribuyen en reforzar los cánones de belleza?

Nosotros vendemos cosas que no somos en redes sociales, compartimos solo el 1% de nuestra vida real, vendemos la felicidad que quizás muchas veces es esporádica. Específicamente en una escena de la obra mostramos que no importa si te tomas una mala foto, donde se te vea real, hay una aplicación para que arregles tu imagen y te veas perfecta, según los cánones de belleza impuestos por la sociedad. Te puedes cambiar los colores de los ojos, el tono piel, adelgazarte, hacerte más alto.

Nos bombardean para ser eso y se juega mucho con la autoestima de las niñas, niños y adolescentes; por eso, creo que son temas delicados, pues estas enfermedades nacen ahí. Ataca a las personas con una autoestima en formación, se les dice cómo deberían de ser y qué pasa cuando no eres así. Ahí comienzan muchos problemas.

¿Cómo fue crecer y enfrentarse a un ambiente artístico que usualmente prioriza los estereotipos de belleza sobre el talento?

Una de las cosas que digo en el testimonio es que a mí a los 5 años mi profesora de ballet me dijo que era gorda y fea. ¿Cómo una profesora puede ser tan negligente para decir algo así? A los 5 años te pones a pensar que de repente nadie te va a querer si eres gorda.

Mucha gente de la actuación también pasa por eso, te dicen: “Tú no vas a llegar lejos, porque no eres bonito, porque no tienes el perfil para protagonizar una novela o película”. Para el teatro también es difícil, he escuchado a muchas amigas decir que tienen que bajar de peso para que la llamen de un casting o que tienen que operarse para ser más llamativas y que la contrate un productor. Entonces hay que sacarse eso y decir: “De repente nadie me va a contactar en las películas o las series, pero yo desarrollo mis propios proyectos”.

Naomi Moreno cuenta como las redes sociales refuerzan los estereotipos de de belleza. Foto: Instagram

¿Cómo derribar estos cánones de belleza desde el teatro?

Uno tiene que empezar a crear desde su realidad, no esperar a que te llegue esa suerte de ser la protagonista. Yo me desarrollo más en lo que es gestión, producción cultural, me gusta más crear nuevas cosas y utilizar el arte como transformación. Creo que esta clase de proyectos que evidencian estos problemas son necesarios que se sigan fomentando.

Yo sé que es difícil, porque no cualquier persona puede decir frente a una cámara: “He estado enferma por muchos años y no me quería, siempre comía con todos mis amigos y después me iba al baño a vomitar”. De repente lo poco que uno va haciendo, va a ir sumando fuerzas y más personas se van a unir a este lucha, a la denuncia, porque es una clase de denuncia seguir demostrado que los cuerpos reales son distintos, tiene estrías, tiene celulitis.

¿El arte es tu forma de luchar contra todos estos estereotipos que impone una sociedad machista?

Creo que el arte es una manera de educación alternativa que nos va a ayudar a evidenciar estos problemas, es combatir, el arte resiste, persiste. Mientras siga creando y mostrando al arte como transformación, como un agente de cambio, más gente se va a ir sumando. Con esto también quiero decir: “No estás sola, hay mucho que podemos hacer para detener estas cosas que son dolorosas”.

Por eso, por ejemplo, se realizan performances al aire libre durante las marchas. Se hacen denuncias a través de los tetazos. Ahí el problema real es lo que ellas están denunciando, que es lo que hay que cambiar, no si crees que la mujer debe mostrarse o no, eso es algo secundario.

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