YSY A es uno de los pocos traperos que no tiene ningún tatuaje en el cuerpo: “no necesito expresarme con la piel si puedo dejar marcas más directas con mi arte”, asegura. Con esa misma seguridad, ha logrado ubicarse no solo como uno de los freestylers más importantes de Argentina, sino del género en conjunto. Sus pergaminos hablan por sí solos: 3 discos, un ep, creador a los 13 años del Quinto Escalón, produce, escribe, compone y hasta diseña.
En esta su primera visita a Perú, Alejo Nahuel Acosta (o simplemente YSY A) recibe muy amablemente a La República y conversa no solo sobre sus éxitos, sino también sobre lo que ha afrontado durante estos 23 años de vida, sus preparaciones y lo importante que significa no rendirse frente a las metas.
¿Cómo has visto el recibimiento de Perú?
Me siento como en casa. Nunca imaginé tanta amabilidad por parte de ustedes. Envidia sana: comen muy bien (risas). Además, les debía una visita hace mucho tiempo. Siempre recibía mensajes de peruanos que me pedían una visita y acá estoy, dispuesto a dejar todo por ustedes.
¿Alguna vez imaginaste tener tanta fama?
La verdad que no. Hace 10 años era impensado todo esto. Tenía claro que sí que tenía que darle con todo a esto. Pero mira, estamos aquí haciendo entrevistas cuando nunca lo pensé. En un primer momento, la idea de cortar el Quinto Escalón era que todos tenían que producir y lo logramos. Ahora estamos viajando para exportar nuestra música. Laburamos. No solo hacemos videitos de YouTube. Hemos profesionalizado el género.
¿Dónde te sientes más cómodo: en una batalla o con tus canciones?
Soy un enamorado loco de rimar, del freestyle. Y sabes, en las batallas no me terminaba de encontrar mucho. Incluso, hasta me cuestioné. Pero encontré mi camino en la música frente al micrófono, componiendo, interpretando. La música es inmortal y ese era el camino. Yo me nutro escuchando música en todos géneros: tango, rock.
Se han filtrado varios videos tuyos entrenando previo a conciertos, ¿cómo es esa mecánica?
Entro a cantar como si fuera un boxeador. Me quedo agotado. Me mando de 10 a 15 minutos y termino cansado. Si no lo hago, es peligroso. Porque al tercer tema te quedas sin aire.
¿Qué podemos esperar de un show tuyo?
Mi show es para la gente. Ya llevó años viajando y eso me encanta. Nos debemos frente al público, el resto llega solo. Estar arriba del escenario es lo que más disfruto. Tengo mucha ansiedad por tocar, pero no es negativa. Es como una droga natural que se me sube. No necesito nada. No existe el miedo, las inquietudes ni nada. Mientras tenga la voz bien, todo ok.