Las batallas de freestyle están en uno de sus mejores momentos. Estas se han vuelto tan populares en redes sociales que hoy en día podemos ver algunos videos de diversas competencias con millones de reproducciones en YouTube.
Sin embargo, no todo es alegría. En algunas oportunidades las batallas de freestyle se han salido de control y terminaron en agresiones físicas y verbales. Conocidos eventos como Red Bull Batalla de Gallos, God Level, BDM y otros, se vieron manchados por actos que nunca más deben repetirse.
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Uno de los ejemplos más claros fue la batalla entre Sony y Stigma. Ambos se vieron las caras en los cuartos de final de la God Level 2016. El argentino tiró algunas rimas sobre la falta de respeto y esto no fue del agrado del chileno, quien le terminó jalando la oreja al rapero de Buenos Aires.
Al finalizar la batalla, Sony le extendió la mano a Stigma, pero él no hizo lo mismo e incluso le mentó la madre. “Me da la mano el cínico. Disculpen por ser tan temperamental”, dijo el chileno.
Otra de las batallas más recordadas que terminaron mal fue la de Stigma contra Dtoke por la Final Internacional de Red Bull Batalla de los Gallos 2013. El argentino dejó el micrófono en el suelo y esto no fue del agrado del chileno.
“No tiene nada de respeto. Me deja el micrófono en el suelo”, dijo Stigma tras recoger el micro. Posteriormente, dedicó todo su minuto a lanzar rimas sobre la falta de respeto e incluso llegó a empujar en un par de ocasiones a Dtoke.
Misionero, el host de aquel evento, pidió calma a los dos freestylers y luego de algunos segundos ambos retomaron la batalla de freestyle, que terminó con la victoria de Dtoke.
Las batallas de freestyle no deben verse manchadas por las agresiones físicas porque son momentos en los que los raperos pueden desfogarse de forma coherente, creativa y con rebeldía por lo que acontece a su alrededor.