El conflicto entre Ucrania y Rusia ha escalado a niveles sin precedentes con la reciente autorización de Estados Unidos para que Ucrania utilice los misiles MGM-140 ATACMS. Este armamento, diseñado para operaciones tácticas de largo alcance, representa un desafío significativo para las defensas rusas y reconfigura la dinámica en el campo de batalla.
Los MGM-140 ATACMS son misiles balísticos tácticos desarrollados por Lockheed Martin, con capacidad para ser lanzados desde plataformas como el HIMARS. Este sistema permite a Ucrania atacar objetivos estratégicos en profundidad, incluyendo bases militares y centros logísticos en territorio ruso, fortaleciendo su posición en el conflicto. Esta decisión también refuerza las teorías sobre el rol del presidente Joe Biden en el apoyo militar a Ucrania, planteando cuestionamientos sobre sus implicaciones geopolíticas.
El MGM-140 ATACMS es un misil balístico táctico diseñado para realizar ataques de alta precisión a larga distancia. Con un alcance efectivo de 300 kilómetros, puede transportar una ojiva de fragmentación explosiva de 227 kilogramos. Su velocidad y capacidad de maniobra lo convierten en un arma eficaz para neutralizar objetivos críticos en zonas de difícil acceso. Puede ser lanzado desde sistemas como el M270 MLRS y el HIMARS. Va empaquetado en una vaina de ensamblaje con una tapa de seis círculos, pero contiene solo un misil.
Los ATACMS fueron usados por primera vez en combate durante la operación Tormenta del Desierto, con 32 misiles lanzados desde M270 MLRS. En la operación Libertad Iraquí, se dispararon más de 450 misiles y a principios de 2015, se habían disparado más de 560 misiles en combate.
El contenedor de lanzamiento ATACMS tiene una tapa con un patrón de seis círculos, similar a la de un cohete MLRS estándar, pero contiene solo un misil. Este patrón idéntico dificulta la identificación del contenedor como un objetivo de alto valor por parte de la inteligencia enemiga.
El MGM-140 ATACMS está diseñado para destruir una amplia gama de objetivos estratégicos y tácticos. Entre ellos se encuentran instalaciones militares, sistemas de defensa aérea, centros de comando y control, así como infraestructuras logísticas críticas.
Su precisión y poder destructivo lo convierten en una herramienta ideal para debilitar la capacidad operativa del enemigo. Por ejemplo, Ucrania podría utilizar estos misiles para neutralizar depósitos de municiones, sistemas de radar avanzados y vehículos blindados en áreas fuertemente fortificadas.
La capacidad del ATACMS para realizar ataques de precisión a larga distancia también permite a Ucrania limitar el impacto en zonas civiles, un aspecto fundamental en la búsqueda de apoyo internacional para su causa. Su uso estratégico podría cambiar significativamente el curso del conflicto, debilitando las defensas rusas y facilitando avances en el terreno.
Según CNN, la autorización del uso de los misiles tácticos ATACMS dentro de Rusia fue un tema discutido durante meses. Los funcionarios estadounidenses estaban divididos: unos temían que intensificara la guerra, otros se preocupaban por las reservas de armas. Durante los dos primeros años de la guerra, EE. UU. se negó a proporcionar los misiles a Ucrania por temor a que no estuvieran preparados y debido a la complejidad de su producción.
Sin embargo, Biden aprobó en secreto la transferencia en febrero y los misiles fueron entregados en abril. El presidente ucraniano, Volodomyr Zelensky, había presionado a Washington para permitir el uso de estas armas dentro de Rusia, argumentando que eran esenciales para su esfuerzo bélico.