El fiscal general de California, Rob Bonta, enfatizó que su oficina está preparada para actuar contra cualquier intento de perjudicar a la comunidad inmigrante del estado por parte del gobierno federal.
Esto tras un discurso del presidente electo Donald Trump, donde reafirmó su compromiso de cumplir con su promesa de campaña de llevar a cabo deportaciones masivas de inmigrantes sin estatus legal en Estados Unidos.
La declaración del próximo mandatario ha despertado inquietud entre los residentes indocumentados de la nación, pero especialmente en California, estado que alberga a la mayor población de inmigrantes del país.
Ante esto, Bonta aseguró: “Mi equipo y yo hemos estado pensando en ustedes durante meses, y el daño que podría derivar de la administración Trump 2.0. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance y utilizaremos toda la autoridad de nuestra oficina para defenderlos”.
En medio de la incertidumbre, la comunidad inmigrante de California enfrenta un período de desafíos. Foto: El Cronista
Por su parte, el presidente del senado estatal, Mike McGuire, dijo que: “Aprendimos mucho sobre el expresidente Trump en su primer mandato: es mezquino, vengativo y hará lo que sea necesario para salirse con la suya sin importar cuán peligrosa pueda ser la política”.
Organizaciones como la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA) junto con grupos de trabajadores y defensores de derechos, organizaron una manifestación frente al Ayuntamiento de Los Ángeles para rechazar las amenazas de deportación.
“Este es el momento de organizarnos y construir poder con nuestra comunidad”, expresó Masih Fouladi, director ejecutivo del Centro de Políticas para Inmigrantes de California.
Mientras que la directora ejecutiva de CHIRLA, Angélica Salas, reafirmó su compromiso de brindar apoyo a las familias inmigrantes: “Quiero que sepan que no están solos”, agregando que están determinados a resistir.
Otros líderes locales instaron a las autoridades locales a tomar acción concreta a través de medidas legislativas, como la ordenanza de ciudad santuario para Los Ángeles, que aún está en proceso: “El momento de hacerlo es ahora”.
En medio de la incertidumbre, la comunidad inmigrante de California enfrenta un período de desafíos, pero también de solidaridad y organización para enfrentar las nuevas políticas que podrían afectar a millones de personas.