Este 5 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de Estados Unidos, un evento que podría cambiar el curso político del país. Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, enfrenta una batalla decisiva contra Kamala Harris. En medio de esta reñida competencia, el expresidente ha señalado que esta podría ser su última oportunidad de aspirar al poder, considerando su edad y la presión de un electorado dividido. A pesar de mantener una base de seguidores leales, las encuestas muestran que la contienda está extremadamente ajustada, especialmente en los estados clave que decidirán el destino de la presidencia.
La candidatura de Trump, marcada por la controversia desde las elecciones de 2020, sigue girando en torno a su rechazo a los resultados anteriores, que calificó de fraudulentos. A lo largo de su campaña, ha continuado impulsando esta narrativa mientras enfrenta desafíos legales relacionados con sus intentos de revertir el resultado de hace cuatro años. Por otro lado, Kamala Harris ha tratado de consolidar el respaldo en el Muro Azul, conformado por Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, y mantener una ventaja en un Colegio Electoral que sigue siendo impredecible.
Donald Trump ha dejado claro que estas elecciones presidenciales de Estados Unidos serán decisivas para su carrera política. En una entrevista con la periodista Sharyl Attkisson, realizada en su residencia de Mar-a-Lago, el expresidente afirmó que no tiene intención de presentarse de nuevo en 2028 si pierde frente a Kamala Harris. "No, no me veo. Creo que eso será todo", dijo Trump, marcando un final definitivo para sus aspiraciones presidenciales en caso de derrota. Estas declaraciones resaltan la presión a la que se enfrenta el candidato republicano y la importancia de estos comicios.
Históricamente, es raro que un expresidente aspire al cargo después de perder una elección, y Trump, a sus 78 años, sería una excepción. Solo Grover Cleveland logró regresar después de una derrota, ganando dos mandatos no consecutivos en 1884 y 1892. Richard Nixon también se presenta como un ejemplo de persistencia, habiendo perdido contra John F. Kennedy en 1960 antes de triunfar en 1968 y 1972. Sin embargo, Trump asegura que su tiempo en la política presidencial terminará si no logra el éxito en 2024.
Trump no solo se juega su futuro político, sino que también maniobra activamente para modificar las reglas del juego electoral. Una de sus estrategias ha sido presionar a los legisladores republicanos de Nebraska para cambiar su sistema de distribución de votos electorales. Actualmente, Nebraska es uno de los pocos estados que asigna sus votos de manera proporcional, lo que permitió a Trump obtener cuatro votos en 2020, mientras Joe Biden ganó uno en el distrito de Omaha. Este voto podría ser crucial si las elecciones resultan tan cerradas como se espera.
Los analistas señalan que, si Harris gana en los estados demócratas del Muro Azul pero pierde en otros territorios disputados como Carolina del Norte, Georgia, Nevada y Arizona, el voto de Nebraska podría determinar el resultado. En un escenario de empate 269-269 en el Colegio Electoral, la Cámara de Representantes decidiría al presidente y el Senado al vicepresidente, un proceso que beneficiaría a Trump debido a la ventaja republicana en las delegaciones estatales.
Además de sus tácticas electorales, se ha especulado mucho sobre quiénes podrían integrar un eventual gabinete de Trump si gana las elecciones de 2024. En la misma entrevista, se le preguntó sobre figuras como Tulsi Gabbard y Robert F. Kennedy Jr., antiguos demócratas que han mostrado apoyo al expresidente. Aunque Trump no confirmó nada, dijo: "Podría ser, pero no he llegado a un acuerdo con nadie. Es demasiado pronto". La posibilidad de que Kennedy ocupe el cargo de secretario de Salud y Servicios Humanos sigue en el aire, y Trump ha preferido no revelar detalles antes de tiempo.
Esta estrategia de mantener la incertidumbre es típica de Trump, quien ha utilizado su influencia para mantener a sus seguidores y al público en vilo. Mientras tanto, la contienda con Kamala Harris se intensifica, y cada movimiento es crucial para el resultado de estas elecciones presidenciales de Estados Unidos.