La reciente divulgación de la primera imagen del B-21 Raider en vuelo por parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha generado un gran interés en el ámbito de la aviación militar. Este bombardero de última generación, diseñado para superar las defensas más avanzadas, representa un avance significativo en la capacidad de ataque estratégico del país.
El B-21 Raider, cuyo desarrollo ha estado envuelto en secretismo, está destinado a reemplazar a los envejecidos bombarderos B-1 y B-2, proporcionando una mayor eficiencia y capacidad operativa.
El B-21 realizó su primer despegue el 10 de noviembre de 2023 en las instalaciones de Northrop Grumman, ubicadas en Palmdale, California. Posteriormente, unos meses después, llevó a cabo sus primeras pruebas en la base aérea de Edwards.
En un comunicado, el Ala de Prueba 412 de la base de Edwards informó que el programa de vuelo de prueba del B-21 "está avanzando bien".
Una de las primeras fotografías del B-21 Raider volando. Foto: Jonathan Case
El B-21 es un bombardero de ataque diseñado para lanzar armas tanto convencionales como nucleares. Con un tamaño de 43 metros, es más pequeño que el bombardero B-2.
El Pentágono tiene la intención de adquirir al menos cien unidades de este modelo para reemplazar sus 45 B-1 y 20 B-2 en la próxima década.
El B-21 Raider cuenta con un sistema de sigilo más avanzado que el de los cazas furtivos F-35 y F-22. Esta capacidad le permitirá atravesar redes de defensa aérea enemiga y penetrar en territorio hostil para lanzar ataques con bombas y misiles, tanto nucleares como convencionales.
De hecho, sus capacidades de sigilo serán dos generaciones más avanzadas que las del B-2.
Características específicas del avión B-21 Raider de Estados Unidos. Foto: La Razón
El B-21 está diseñado para enfrentarse a cazas chinos como el J-20 y esquivar los misiles antiterrestres y antibuque de largo alcance desarrollados por el Ejército Popular de Liberación chino, destinados a disuadir a la fuerza aeronaval de Estados Unidos.
Además de realizar ataques estratégicos de largo alcance, el B-21 llevará a cabo labores de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, así como ataques electrónicos.
El B-21 Raider tiene forma de un pez y es de color plomo. Foto: Hipertextual
El B-21 representa un avance en la interoperabilidad de las fuerzas armadas. Su capacidad para integrarse con otros sistemas de armas y plataformas, incluidos los aviones no tripulados y los satélites, le permite desempeñar un papel central en las operaciones conjuntas.
Esto es crucial en un entorno de seguridad cada vez más complejo, donde la cooperación entre diferentes ramas de las fuerzas armadas es esencial.
Su capacidad para realizar misiones tanto convencionales como nucleares refuerza la postura de defensa de Estados Unidos y asegura su competencia para responder a una amplia gama de amenazas.
Esta es la parte delantera del Raider B-21. Foto: Jonathan Case