El 2% de la población mundial nace con Alta Capacidad Intelectual (ACI), lo que en Perú representa aproximadamente 600,000 personas. Sin embargo, solo se ha detectado a 1,000 peruanos con esta condición. La detección temprana y el apoyo adecuado son fundamentales para maximizar el potencial de estos niños.
El doctor David Lira, neurólogo del Instituto Peruano de Neurociencias, explica que la ACI se relaciona con la habilidad excepcional para procesar información, lo que permite un aprendizaje acelerado. Esta capacidad se mide a través del coeficiente intelectual, siendo un valor superior a 130 el indicador de ACI.
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Durante el inicio del año escolar, es común observar a estos estudiantes asimilando conceptos rápidamente, lo que puede llevar al aburrimiento si el ritmo de la clase no se ajusta a su capacidad. La detección temprana es crucial para implementar adaptaciones curriculares que fomenten su desarrollo.
Los padres y educadores deben estar atentos a ciertas señales que pueden indicar ACI en los niños. Un vocabulario avanzado, la comprensión de temas complejos desde temprana edad y una curiosidad insaciable son algunos de los indicadores más comunes. Sin embargo, estas características pueden generar un desarrollo asimétrico, donde las habilidades sociales y emocionales no avanzan al mismo ritmo que las cognitivas.
Las personas con ACI son más propensas a presentar comorbilidades como el trastorno de déficit de atención, autismo o alteraciones emocionales. Estas condiciones pueden dificultar su adaptación al sistema educativo, lo que resalta la importancia de una detección y apoyo oportunos.
Los menores con ACI que no son identificados a tiempo pueden enfrentar dificultades académicas y fracasos escolares. La detección precoz es vital para implementar intervenciones que mejoren su desempeño académico y personal. El Instituto Peruano de Neurociencias propone estrategias que incluyen evaluaciones integrales y seguimiento de las condiciones particulares de cada niño diagnosticado con ACI.
Las intervenciones adecuadas, que pueden incluir apoyos en el aula y terapias específicas, son esenciales para maximizar el potencial de cada alumno. Se ha observado que los niños que reciben el apoyo necesario tienden a elegir carreras en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, reflejando su capacidad de aprendizaje.
Para aquellos padres y educadores interesados en confirmar o descartar la presencia de ACI en sus niños, se recomienda realizar una evaluación con un especialista. Esta evaluación es un paso crucial para asegurar que el potencial del niño sea reconocido y potenciado adecuadamente.