Perú literalmente está sentado sobre un banco de oro. Es el quinto en cuanto a reservas del metal precioso a nivel mundial y el primero en Latinoamérica. La mayor parte de estas se concentran en cinco grandes regiones, entre ellas Arequipa y Madre de Dios; sin embargo, no son estas las que se ubican en los primeros lugares. Más allá de las cifras, por el momento, parece improbable que se desarrollen proyecto de exploración en torno a estas reservas debido a una serie de factores sociales.
El Ministerio de Energía y Minas, que toma como fuente a la U. S. Geological Survey (USGS), en su anuario minero detalla la posición del Perú en el panorama mundial. De ese modo, se evidencia que existen 2.900 toneladas métricas finas (TMF) de oro en el territorio nacional, lo que representa el 5,6% de todas las reservas en todo el globo.
La Declaración Anual Consolidada del 2021, que toma como base el Ministerio de Energía y Minas para dar cuenta sobre las reservas de oro en el Perú, deja en claro que 5 regiones concentran la mayor parte de estas, ubicando en el primer lugar a Cajamarca, seguida de Puno. Solo estas 2 concentran casi 1.300 toneladas métricas finas de reservas.
Reservas de oro en regiones del Perú. Foto: Ministerio de Energía y Minas
De las 5 regiones que concentran las más grandes reservas de oro, 4 presentan contextos complicados para el desarrollo de futuros proyectos. Por ejemplo, en el caso de Cajamarca, Conga no pudo concretarse a pesar de los 6,5 millones de onzas atribuibles de reservas de oro y 1,700 millones de libras atribuibles de reservas de cobre.
Con relación al caso de Cajamarca y Conga, el docente y consultor minero César Montes de Oca es optimista y espera que se concrete; no obstante, sostiene que es necesario generar una cultura de que "los recursos naturales son para aprovechar, no para destruirnos como seres humanos, dado que los beneficios de cualquier actividad productiva redundan en todas las demás actividades". Explicó que es necesario que haya un equilibrio donde ni las autoridades, los ciudadanos y mucho menos las empresas sean abusivas.
La situación de Puno también es muy complicada y obedece a una proliferación de la minería informal e ilegal. Montes de Oca explica que en esta región se ha formado un corredor para sacar el mineral a Bolivia, por lo que resulta inconveniente —para ciertos sectores— la instalación de la gran minería en la zona, dado que se pondría en evidencia todo este problema.
Madre de Dios, situada en cuarto lugar con las mayores reservas de oro a los ojos de la gran minería, presenta dos situaciones difíciles. La primera es que está infestada de minería ilegal, por lo que los formales temen que en caso de ingresar tendrían que pagar cupos. Otro factor que sostiene Montes de Oca es el tema medioambiental. "Existe temor porque la minería formal es visible y en caso de daño ambiental temen ser responsabilizados por todo ello, cuando en Madre de Dios hay minería informal", detalló.
Respecto a La Libertad y Arequipa, explica que también es complicado dado que presentan zonas como Pataz o Secocha donde la ilegalidad y la informalidad priman, y que a la larga dejan una serie de pasivos como personas enfermas, menores explotados laboral y sexualmente y contaminación.
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