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Economía

Luis Arias: “El Gobierno (de Dina Boluarte) no tiene rumbo económico”

El economista y exjefe de la Sunat advierte que el crecimiento económico está siendo perjudicado por la crisis social, política y climatológica que está atravesando el país. "Lo que vemos hoy es una crisis estructural que muy probablemente nos va a llevar a crecer (económicamente) 0% este año".

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Crítico. Arias considera que hay un régimen por la alianza del Congreso y el Ejecutivo. Foto: John Reyes/La República

Ante el deterioro de las proyecciones de crecimiento económico por El Niño y las protestas, en un año en el que la confianza empresarial sigue sin levantar, y con ello las inversiones, Arias Minaya hace un repaso de la gestión Boluarte para afrontar estos problemas, y concluye en que no tiene un horizonte claro.

— A los tres años de la pandemia, los indicadores vuelven a ser alarmantes. ¿Qué nos llevó a esta situación?

—Si uno mira el denominado milagro económico peruano, en el que crecimos más del doble que el promedio de América Latina, hay que distinguir dos periodos: de 2001 al 2013 y del 2014 en adelante. En este segundo periodo, el PBI creció en promedio debajo del 3%, quitando la pandemia, y desde el 2016 se complicó por la inestabilidad política. Hemos tenido seis presidentes desde entonces.

—¿Responde, entonces, a una crisis estructural?

—Se terminó de estropear con la gestión de Pedro Castillo, que terminó de ahuyentar a la inversión privada y deteriorar la gestión pública. Lo que vemos hoy es una crisis estructural que muy probablemente nos va a llevar a crecer (económicamente) 0% este año.

—¿Es inevitable revertir la desaceleración?

—Vemos un reajuste permanente a la baja de las proyecciones (del PBI) no solo por parte de las autoridades económicas, sino también de los analistas privados. Este ajuste a la baja no ha terminado. Estamos más cerca del 0% que del 1%. No descarto un crecimiento muy cercano al 0%.

—¿Pecó de optimista el Ministerio de Economía?

—El MEF tiene un rol para guardar un equilibrio en cuanto a las proyecciones entre el optimismo y la credibilidad, pero me parece que ha sido irreal que el -1,3% (caída de julio) sea parte del error estadístico. No tiene seriedad.

—Usted ha mencionado que son tres ciclones (climatológico, social y político) que no han cesado tras 10 meses de gobierno. ¿Qué nota le pone a Boluarte?

—En la parte climática no hubo temporada de pesca y está en riesgo la segunda; también estamos en un punto muy grave de las tensiones políticas con el intento del régimen, y digo régimen porque esto es una alianza entre el Congreso y el Ejecutivo de destituir a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia. Estamos en el punto más álgido del conflicto político. Acabamos de tener una marcha y si las tensiones continúan, las sociales se van a agravar.

—¿Con cuánto la califica?

—Más que una nota cuantitativa, es un gobierno sin rumbo en lo económico. Sin rumbo en la lucha contra la inseguridad ciudadana y la lucha contra la corrupción.

—Y lo sufrimos todos…

—El ciudadano de a pie lo siente en las cifras de empleo. Al segundo trimestre se agudizó la caída y más de 160.000 peruanos se quedaron sin empleo. Los jóvenes no están consiguiendo empleo y eso es un caldo de cultivo para mayor inseguridad ciudadana.

—¿El enfriamiento del PBI cómo incide en el riesgo de caer en pobreza?

—Tenemos un empleo de menor calidad que afecta a los jóvenes y a las mujeres, y cuando se da este escenario los ingresos disminuyen. Las cifras de recaudación de impuesto a la renta personal cayeron a dos dígitos desde hace meses. Hay un crecimiento raquítico si vemos datos duros de consumo con tarjetas de crédito y débito. La pobreza va a aumentar, no puedo pronosticar en cuánto, pero se va a acercar mucho a los niveles de la pandemia, de alrededor de un 30% de la población.

—La recaudación tributaria cayó por séptimo mes al hilo. ¿Qué implica este escenario?

—Hubo un excesivo optimismo de la Sunat respecto a las cifras de recaudación del año pasado que se explicó por el alto precio de commodities de los productos que exportamos e importamos, que paradójicamente afectan a la inflación. Este año, los precios cayeron por la desaceleración económica que ha terminado en recesión y también por las exoneraciones que dio el Congreso en épocas de vacas gordas. Las exoneraciones tributarias crecieron a casi 6 mil millones de soles entre las concedidas a hoteles y restaurantes sin sustento técnico. Hay que añadirle el fallo nefasto del Tribunal Constitucional de otorgar una amnistía permanente a las empresas que tienen litigio con el Estado por deudas tributarias.

—¿Qué complicaciones trae recaudar menos? Ya el BCRP advirtió que se llegará al límite del déficit fiscal.

—Tenemos la tormenta perfecta. Cuando la recaudación cae, como ya admitió el MEF, no hay espacio para el gasto fiscal. Se ha tenido que contraer la inversión pública en dos dígitos estos dos últimos meses, y muy probablemente eso agudizará la recesión.

—¿Se quebrarán las reglas fiscales?

—No creo, salvo que haya un hecho extraordinario y para evitarlo se contrae la inversión pública.

—La reforma tributaria quedó en nada. ¿A dónde debe apuntar?

—La presión tributaria peruana es muy baja, apenas superamos a tres o cuatro países (de la región). Necesitamos una reforma profunda que no suba las tasas, sino que ataque la evasión y gastos tributarios excesivos.