Las tensas relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, así como la priorización de cadenas de suministro más cortas, dan la oportunidad de que Latinoamérica se convierta en un hub de fabricación mundial. El Banco Interamericano de Desarrollo estimó que esta deslocalización podría impulsar las exportaciones regionales de bienes y servicios en unos US$78.000 millones anuales.
Sin embargo, para cumplir su potencial como hub de fabricación global, Latinoamérica debe cerrar la brecha en cargos de gestión de proyectos. Hasta el 2030, la región necesita alcanzar 5,9 millones de puestos orientados a este tipo de funciones, una media de 119.000 nuevos gerentes de proyectos al año, según el Talent Gap Report de Project Management Institute (PMI).
Según el último informe Job Trends de PMI, sectores como la automoción, el farmacéutico, las energías renovables, el petróleo y el textil ofrecen grandes posibilidades con México y Brasil, los que más probabilidades tienen de beneficiarse si la región desarrolla todo su potencial como hub manufacturero.
"Para seguir siendo competitivas y alcanzar ese potencial, las empresas tendrán que centrarse en contratar a personas que resuelvan problemas y creen relaciones que puedan ayudarles a impulsar el cambio y aportar valor estratégico”, explica Ricardo Triana, director ejecutivo de PMI para Latinoamérica.
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El aumento de los precios de la energía en Europa, la reestructuración mundial de los gigantes tecnológicos norteamericanos y la salud del sector manufacturero chino son factores que podrían alterar drásticamente la actividad de los proyectos y el panorama manufacturero en Latinoamérica. Adaptarse a ese escenario es clave para tener éxito en un cambiante mercado laboral.
En el caso de Perú, de acuerdo con el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima, se proyecta que el sector manufacturero crezca 1,8% en 2023, una leve recuperación a lo alcanzado en 2022 (1,5%). En ese sentido, la coyuntura requerirá más profesionales especializados en gestión de proyectos para lograr el objetivo de mantener la expansión del sector.
“La demanda de directores de proyecto, sobre todo de aquellos con las habilidades impulsoras que pueden ayudar a las organizaciones a sortear tiempos turbulentos, será creciente. Los profesionales de proyectos se han vuelto más valiosos y menos vulnerables en caso de que el mercado laboral se enfríe”, añade Ricardo Triana.
Para esos profesionales, según el especialista, las competencias técnicas no bastarán para hacer frente a ese nuevo reto. En un mundo de automatización generalizada, la ventaja no recaerá necesariamente en los más técnicos, sino en quienes sepan combinarla con la creatividad, la innovación y la capacidad de dirigir personas.