Tras el atentado ocurrido el pasado 18 de junio en el Ramal Norte del Oleoducto Norperuano (ORN), Petroperú envió a sus trabajadores para que realizaran los trabajos de reparación y limpieza en la zona.
Lamentablemente se han visto obligados a retirar a su personal a fin de salvaguardar su seguridad e integridad, luego que autoridades y pobladores de la comunidad de Jerusalén y Nuevo Progreso, en el distrito de Manseriche, retuvieran ilegalmente y agredieran físicamente a una comisión de representante de la PCM, la empresa y la Policía Nacional.
El lamentable hecho se produjo durante una inspección que dicha comisión realizaba a las barreras de contención instaladas en la quebrada Saramiriza, pues habrían sido removidas por personas no autorizadas generando que el crudo continúe expandiéndose y pueda impactar al río Marañon.
Pese a los esfuerzos de Petroperú por controlar la situación a través del diálogo, la población continúa impidiendo que se realicen los trabajos condicionando al cumplimiento de sus exigencias, entre las cuales se encuentra la contratación de una empresa local y el pago de jornales elevados.
En este sentido Petroperú invoca a los pobladores a deponer sus medidas de fuerza a fin de restaurar el entorno a sus condiciones habituales. Y ya se encuentra coordinando con el Ministerio del Interior y el Ministerio Público para obtener las garantías del caso.