Rusia lanzó el jueves un misil hipersónico de nuevo tipo contra Ucrania. Se trata de un proyectil de alcance medio, versión no nuclear (aunque es capaz de llevar ojivas) y de nombre en clave Oréshnik. El presidente ruso, Vladímir Putin, señaló en un mensaje televisado que “no hay manera de contrarrestar esta arma. Los misiles atacan sus objetivos a una velocidad de 10 Mach; eso son 2,5 o 3 kilómetros por segundo”. También dijo que responderían las agresiones “en forma decisiva y en espejo”.
Ello ocurrió como respuesta a un ataque de las fuerzas ucranianas con misiles de fabricación estadounidense del modelo ATACMS: proyectiles que llevan una carga de 230 kilos de explosivos, pueden alcanzar objetivos a 300 kilometros y que Ucrania solo había usado en el pasado para rechazar ataques dentro de su territorio. El martes los usó contra instalaciones militares ubicadas en la región de Briansk, en territorio ruso, después de que la administración de Joe Biden, presidente saliente de EEUU, los autorizara a hacerlo. También ha lanzado misiles Storm Shadows británicos.
El ataque ucraniano y la posterior respuesta de Rusia no solo golpean a ambas naciones, sino que hoy preocupan al mundo. Para Rusia, el ataque involucra a la OTAN —la coalición occidental que apoya a Ucrania— y por ello ha cambiado su doctrina para poder usar armas nucleares contra sus adversarios. Putin ha dicho incluso que puede usar sus armas contra las instalaciones militares de los países que permitan que las suyas sean usadas contra objetivos rusos, en claro mensaje a EEUU y Reino Unido.
Dijo incluso que, a partir de ahora, el conflicto ha adquirido elementos de carácter global.
Doctrina nuclear
El cambio en la doctrina nuclear rusa establece nuevas circunstancias en las que estaría dispuesta a usar armas atómicas. Si antes se contemplaban en caso de un ataque con armas nucleares en su territorio o de un ataque convencional que pusiera en riesgo al Estado ruso, ahora puede responder con este tipo de armas la agresión de un Estado, aunque este no las posea, pero tenga el apoyo de una potencia nuclear. Para Rusia, el ataque ucraniano es considerado una agresión conjunta por las armas usadas y por ello puede tener una respuesta nuclear. La doctrina incluye la misma reacción ante una amenaza similar en territorio bielorruso.
“La nueva doctrina nuclear rusa es inverosímil. Nadie puede creer que Rusia esté dispuesta a iniciar una guerra contra potencias nucleares por defender a Bielorrusia. Pero creo que es parte de esta escalada en el plano no solo militar, sino en el plano retórico de cara al nuevo Gobierno (estadounidense) que llegará el 20 de enero y que, todo parece indicar, va a ser muy complaciente con la posición rusa en eventuales negociaciones”, explicó hace unos días el internacionalista Farid Kahhat.
Este cambio en la doctrina nuclear rusa apunta a enviar un mensaje a Occidente en general, y a la OTAN en particular. Por ejemplo, el diario ruso Pravda afirma que, aunque la doctrina no contiene disposiciones radicalmente nuevas, su importancia radica en que sirve de clara señal hacia otros Estados.
Vladimir Putin ha señalado que podría volver a usar sus misiles Oréshnik si su territorio es atacado. Foto: AFP
En declaraciones a la agencia Deutsche Welle (DW), el experto ruso en armas nucleares Pavel Podvig ha señalado que es improbable el uso de estas armas contra Ucrania, pues en termino militares la situación en el frente no va a cambiar. “El documento se limita a reservar el derecho a utilizar armas nucleares en tal o cual situación. Nunca dice que ‘las usaremos’ o ‘estamos obligados a usarlas’”, explicó.
Para el experto se trata de un documento declarativo que se dirige hacia el exterior y explica a todos los posibles oponentes cómo ve Rusia el papel de las armas nucleares para garantizar su seguridad.
El factor Estados Unidos
¿Qué papel juega Estados Unidos en este ajedrez bélico que pone nervioso al mundo? En principio, muchos se preguntan por qué Joe Biden autorizó el uso de misiles proporcionados por su país a Ucrania para atacar objetivos rusos dentro de su territorio. Además, EEUU ha proporcionado al ejercito ucraniano miles de unidades de minas antipersonales.
Según ha reseñado BBC Mundo, el cambio de política de Washington sería en respuesta a la reciente llegada de tropas de Corea del Norte en apoyo a Rusia en la región fronteriza de Kursk (unos 10.000 soldados), que Ucrania ha ocupado desde agosto. Además, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca genera dudas sobre el apoyo futuro de EEUU a Ucrania. “Parece que el presidente Biden está ansioso de hacer todo lo que pueda para ayudar en el poco tiempo que le queda en el cargo”, precisa BBC.
Mientras Donald Trump prometió en su campaña presidencial que detendría la guerra “en un día”, Biden actuó de manera cautelosa en el conflicto y no ha logrado dejar fortalecido a Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, de cara a unas futuras negociaciones. “Esta es una historia de una pérdida de tiempo. Y lo peor es que se han perdido vidas”, escribió el politólogo Yurii Bogdanov en un medio ucraniano.
Trump ha criticado los costosos paquetes de asistencia militar otorgados por Biden a Ucrania y muchos miembros de la gestión saliente temen que el nuevo presidente vaya a suspender dicha ayuda, fuerce a Ucrania a sentarse en la mesa de negociaciones y Putin salga favorecido en esa instancia. Su entorno parece respaldar esa idea. “El complejo industrial militar parece querer asegurarse de que comience la tercera guerra mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de alcanzar la paz y salvar vidas”, escribió a principios de esta semana Donald Trump Jr. en la red social X.
El presidente de Ucrania ha pedido el apoyo de la OTAN contra Rusia y un pronunciamiento mundial ante el uso de un misil hipersónico.
Mientras tanto, en Ucrania toman precauciones contra nuevos ataques con misiles hipersónicos, difíciles de ser interceptados. El Parlamento sesionó en otra sede ante el temor de un ataque desde el aire contra la zona de Gobierno. El presidente Volodímir Zelenski ha señalado que Putin no quiere la paz y que ha escalado la guerra involucrando a Corea del Norte. “Hay que detenerlo. La falta de reacciones ante las acciones de Rusia envía el mensaje de que ese comportamiento es aceptable”, dijo por televisión.
Países cercanos como Suecia y Finlandia, amenazados en el pasado por Putin por sumarse a la OTAN, están instruyendo a su población sobre cómo sobrevivir en un escenario de guerra y ante posibles desastres a través de folletos e información virtual. Las autoridades dan consejos sobre cómo los residentes podrían subsistir: desde el almacenamiento de agua embotellada y productos sanitarios hasta el cultivo de alimentos comestibles en casa. Noruega, otro país nórdico, está haciendo lo mismo.
Esa tensión aún no alcanza al mundo entero. Pero un conflicto nuclear global debería ser impensable, porque nadie puede ganarlo.