Por: Marco Zileri
En lo alto de un ceibo pende del vértigo una cabaña. El acceso es por una escalera que se acaracola en la foresta hasta alcanzar la cresta. La casamata es una de las cuatro de semejantes estructuras en la Reserva Nacional de Tanimboca, Leticia, Colombia. Se trata de un bungalow con tres habitaciones simples, ideal para parejas o familias equilibradas. Eso sí, sin luz eléctrica ni wifi, una lámpara solar es suficiente.
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“Plena inmersión en el bosque”, describe el guía Luis Gabriel Teteye.
El trino de los pájaros tropicales, el canturreo de la lluvia y el rumor de la foresta bailando con el viento simple y llanamente. Tanimboca en lengua uitoto significa “árbol grande”. La reserva natural está ubicada a 13 Km de la ciudad Leticia, en la triple frontera Colombia-Perú-Brasil. Se organizan excursiones en busca de caimanes, monos, aves y delfines rosados en el río Amazonas omnipresente detrás de la hojarasca. Para los aficionados al vértigo, Tanimboca ofrece rafting en el río Bora y escalada al dosel de los árboles.
“El ser humano es parte de la naturaleza, cada movimiento que hacemos y cada movimiento que hacen las especies alrededor nuestro es parte del equilibrio”, explica Teteye, nativo uitoto .
Peruanas Pilar Tong y Archely Guzmán surcando el río Amazonas rumbo a Puerto Nariño. Foto: Marco Zileri/La República
En las últimas dos décadas, iniciativas privadas de este estilo han restituido el bosque tropical sobre antiguos pagos ganaderos erosionados en la orilla opuesta de la frontera Perú-Colombia. La velocidad de la regeneración forestal es admirable.
Muy cerca, sobre la misma carretera, el parque temático y ecológico Mundo Amazónico es otra visita obligada para los amantes de la naturaleza. Darío Yucuna (28) conduce a los visitantes por un jardín botánico de plantas tropicales detallando las propiedades medicinales de muchas de ellas. Yambu, coca, estevia, chagra, huito, sacha inchi identifica a lo largo del recorrido el ilustrado nativo yucuna.
“Mundo Amazónico es la colección botánica más grande del municipio con un inventario de 350 especies de plantas”, indica Rafael Clavijos, gestor de la iniciativa con su familia. La caminata por el bosque desemboca en un comedor amplio, fresco e iluminado.
El empresario colombiano fue el relator de las conclusiones de la mesa del sector privado en la reciente Cumbre Binacional Brasil-Colombia con presencia del los presidentes Gustavo Petro y Luiz Inacio Lula da Silva celebrada en Leticia, en julio pasado.
A 45 minutos de Leticia, en una lancha fuera de borda se llega a Puerto Nariño. En la orilla opuesta del río Amazonas se divisa la localidad peruana de Caballococha. En Puerto Nariño –8.000 habitantes– no circulan automóviles ni mototaxis y anualmente la comuna premia los jardines más bonitos del vecindario.
“Una paz increíble”, dice el alcalde Alirio de Jesús Vásquez.
Como resultado, Puerto Nariño se ha convertido en un emporio turístico. Desde Puerto Nariño los turistas zarpan para divisar la manada de delfines rosados en el lado peruano.
Colombia ofrece una decena de paradores turísticos a lo largo de la orilla del río Amazonas para todos los gustos y bolsillos. La jungla como sabemos es heterogénea y múltiple y cada paso que se da ofrece nuevas sorpresas.
Rafael Clavijos clavó un clavito en la cumbre presidencial Petro-Lula, en julio pasado. Foto: Marco Zileri/La República
La ciudad de Leticia, de 40.000 habitantes, es pequeña y vibrante. El régimen de tratamiento especial aduanero atrae a multitudes de comerciantes desde Manaos hasta Iquitos.
La oferta hotelera leticiana es múltiple y competitiva.
El hotel Anaconda –un clásico de arquitectura sesentera– tiene una piscina de varios largos de distancia.
El albergue Maloka Amazonas frente al parque Santander –prócer de la Independencia y segundo presidente de la república de Nueva Castilla– es un refugio predilecto para los ornitólogos.
El Ecolodge El Refugio Boutique –un ejemplo notable de reciclaje de objetos– es un albergue a tono con los tiempos.
En el rango de hoteles de tres estrellas destacan el Waira, Siami, Madre Selva y Zuruma, cada uno con encanto personal.
La Caja de Compensación ofrece turismo, cultura y recreación para la fuerza laboral colombiana y los extranjeros son muy bienvenidos.
La notable oferta turística leticiana fue explorada recientemente por una delegación de agentes de turistas de Iquitos promovida por el dinámico promotor cultural Jorge Linares.
El desarrollo de negocios verdes como el turismo y la agroforestería se plantea como opción a la tala indiscriminada y las actividades ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal que están devastando la Amazonía.
El gran desafío es desplegar una baraja de actividades económicas sostenibles con un mercado internacional sólido. Esa fue una de las conclusiones de IV Cumbre Amazónica en agosto pasado.
“Los nueve países amazónicos de América del Sur deben incluir a la Amazonía como factor negociador internacional para canalizar recursos financieros y tecnológicos para protegerla”, clavó un clavito Clavijos en la cita presidencial.
En el corazón de la jungla, el pueblo de Leticia marcha a la vanguardia del nuevo orden mundial –en precario equilibrio–.
A 2.400 Km del delta del río Amazonas, un hervidero de oportunidades. Foto: Marco Zileri/La República
Plinio Souza da Cruz, subprefecto de Tabatinga, y Vladimir Chong, alcalde de Iquitos, ríen ante una ocurrencia de Víctor Valderrama, presidente de la Cámara de Comercio de Loreto.
Las autoridades brasilera y peruana se encontraron en Tabatinga durante una reciente visita de agentes de turismo de Iquitos a la frontera tripartita Perú-Colombia-Brasil.
“Todos sabemos de la problemática del narcotráfico, pero tenemos mucho que ofrecer. La integración entre los tres países es muy importante. Todos vamos a ganar. Todos tenemos virtudes”, aseveró Cruz en el encuentro en el corazón de la jungla amazónica. El eje tripartito ubicado a 2.400 Km del delta del río Amazonas es una encrucijada geopolítica con grandes oportunidades y agudos problemas. El varapalo electoral sufrido por Gustavo Petro en las elecciones regionales y municipales en Colombia el domingo 29 pasado reconfigurará la relación en la frontera tripartita.
Las amenazas que acechan de la cuenca amazónica fueron abordadas al más alto nivel en la IV Cumbre de Presidentes de Países Amazónicos en Belém de Pará, en agosto pasado. La deforestación incontrolada y el narcotráfico fueron temas prioritarios en la agenda. “Los Diálogos Amazónicos se centran en fomentar la colaboración entre Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Guayana, Surinam y Guayana Francesa. Esta unión estratégica tiene como propósito enfrentar desafíos como la deforestación, la protección de la biodiversidad, los derechos indígenas y el desarrollo económico”, reza la Declaración de Belém.