Cargando...
Domingo

Alejandra Guerra, oteando en la oscuridad

La actriz retorna al teatro presencial con un monólogo maratónico y pandémico. En Trucos para ver en la oscuridad, de Mariana de Althaus, volvemos a la cuarentena del 2020, exploramos la crisis de una dramaturga agobiada por el encierro y sus estrategias para sobrellevarlo. Durante una hora y veinte minutos nos recluiremos de nuevo.

larepublica.pe
Con esta pieza teatral, Guerra retorna al teatro presencial en nuestro país. Foto: CCPUCP.

El 2020 fue un año catastrófico para todos. Nos encerraron por la crisis sanitaria, centenares morían todos los días, otros perdieron el trabajo y tuvieron que migrar a sus ciudades de origen. Habíamos entrado a un túnel sin salida. Y si bien la actriz Alejandra Guerra no quedó desempleada, pues continuó dictando clases de actuación de forma virtual como profesora universitaria, ni perdió a ningún ser querido, ese año también fue catastrófico para ella.

Sufrió un cuadro de trombosis -le detectaron coágulos arteriales-, tuvo una fuerte crisis de pareja y se fracturó el tobillo izquierdo bajando las escaleras. Tuvo que ingresar a una sala de operaciones en plena primera ola para que le coloquen clavos en los huesos dañados. Hizo terapia de rehabilitación y le tomó varias semanas volver a caminar. “Fue como haber caído en un pozo profundo”, dice la actriz.

Una de las escenas de Trucos para ver en la oscuridad, donde la actriz encarna a una dramaturga en crisis durante la cuarentena. Foto: CCPUCP.

Han pasado dos años, su tobillo ha sanado, la pandemia está terminando, se reabrieron los teatros y Alejandra volverá a pisar las tablas pronto. De hecho, ya lo hizo en 2021, en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá, Colombia, donde presentó dos funciones de La Terapeuta, obra de Gabriela Yepes. Sin embargo, este 11 de junio será su retorno al teatro local con Trucos para ver en la oscuridad, un monólogo escrito y dirigido por la dramaturga Mariana de Althaus, y producido por el Centro Cultural de la PUCP con el apoyo de la Fundación BBVA.

“Regresar será muy emotivo. Cuando estaba parada frente al teatro en Colombia estaba a punto de llorar, fue como si hubieran pasado diez años, como si hubiera vuelto de una guerra. Es que en algún momento del 2020 no sabíamos si era el fin del mundo o qué iba a pasar”.

El retorno a la escena teatral también le ha traído de regreso a Alejandra el insomnio. La actriz, recordada por su papel de Marcela Núñez en la telenovela Los exitosos Góme$ (2010), confiesa que dos semanas antes de un estreno suele tener falta de sueño y un permanente estado de alerta que la hacer despertar varias veces en las noches.

Este desorden también lo padece Mariana, su personaje en Trucos para ver, que es una directora de teatro que sufre una crisis durante el confinamiento en pandemia, y recupera el insomnio que sufría en su infancia y adolescencia y que había superado cuando se volvió dramaturga. No es coincidencia. Mariana es la propia Mariana de Althaus, que escribió esta pieza teatral tomando de insumo su diario personal, su refugio durante la cuarentena.

“No es una obra testimonial. Tiene elementos autobiográficos, pero también hay ficción. Mariana necesitaba escribir esto para exorcizar lo vivido durante el encierro. Vamos a encontrarnos con cosas que vivimos también nosotros. Creo que es una obra espejo. El público se verá reflejado”.

Al personaje de Alejandra la veremos agobiada por las labores domésticas, con los juguetes de los hijos desperdigados, levantando los brazos, acaso pidiendo un respiro; o con la cabeza totalmente tapada por un velo negro; o bajo una luz cenital que, finalmente, podría representar el truco para sobrellevar el encierro.

Ejercitar la memoria

Después de El dolor (2017), donde encarna a la escritora francesa Marguerite Duras, que vive a la espera de saber si su esposo está o no en un campo de concentración, y La terapeuta (2019), donde interpreta a una abogada de derechos humanos que tiene que darle clases de yoga a terroristas internos en la Base Naval del Callao, este será el tercer monólogo de la actriz, y el más largo, tendrá que sostener el guion sola, por una hora y veinte minutos, sin un compañero de escena que la salve si olvida sus líneas. Será una maratón de palabras en escena.

“En un monólogo el peso de la obra recae sobre tus hombros. Tienes que entrenar como los atletas. El texto es como una partitura y nosotros los actores somos los instrumentos, si está bien escrita, sonará lindo. Y el texto de Trucos para ver… está bien hecho”.

Mariana y Alejandra también trabajaron juntas en Criadero (2011), una puesta en escena testimonial donde tres mujeres hablan de la maternidad y más que eso. La actriz y la dramaturga son tan unidas que comparten un chat de WhatsApp con otras amigas, que, cuenta Alejandra, fue su soporte en la cuarentena, su truco para sobrevivir el peso de los días: “Fue una cadena de apoyo, reíamos, llorábamos, nos contábamos nuestras crisis personales, de eso también se habla en la obra, que también termina siendo un himno a la amistad”.

La dramaturga Mariana de Althaus y la actriz Alejandra Guerra construyeron juntas el guion del monólogo que se estrenará el 11 de junio en el CCPUCP. Foto: Marco Cotrina/LR.

Además de vincularse en la creación de las obras en las que actúa, la carrera de Guerra también está marcada por la recurrencia del tema de la memoria. Algunos de sus personajes tienen que ver con momentos históricos que marcaron el país.

En la película Cuchillos en el cielo (2013), por ejemplo, interpreta a Milagros, que fue a la cárcel acusada injustamente de terrorismo. La actriz, que vivió en el extranjero en la época más violenta del Perú, entre los 13 y 31 años, tuvo que empaparse de todo lo ocurrido durante los años de la guerra contra Sendero Luminoso y el gobierno de Fujimori. Para su papel en La terapeuta también hizo una revisión de las oscuras biografías de los cabecillas terroristas, entre ellos Abimael Guzmán.

En Trucos para ver… la dramaturga Mariana de Althaus también nos hará ejercitar la memoria para volver al 2020, el año que todos queremos olvidar. El arte, en este caso el teatro, será una vía para drenar el dolor y el trauma de lo vivido: “El arte también puede hacernos reencontrar con el horror, pero desde otra mirada, después de haber pasado una serie de cosas y eso ayuda a sanar. El teatro ha sido muchas veces mi escape, mi truco para seguir”, finaliza la actriz.