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Domingo

¿Es perjudicial censurar la educación sexual y el enfoque de género del currículo escolar?

El Congreso aprobó una ley que resta autonomía al Ministerio de Educación sobre su política de educación sexual y enfoque de género en las escuelas. Una de sus propuestas es que los padres intervengan en la elaboración de estos contenidos. ¿Tendrán la información adecuada para hacerlo?

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¿Es perjudicial censurar la educación sexual y el enfoque de género del currículo escolar? Foto: composición LR.

Christian Martínez, sicólogo y sexólogo

La educación sexual integral (ESI) permite que los niños reciban conocimientos científicos sobre los cambios biológicos y psicológicos que atravesarán en su vida haciendo énfasis en las emociones y afectos humanos y no solamente en los genitales o uso de anticonceptivos.

Por otro lado, el enfoque de género promueve la igualdad y no discriminación entre escolares. Hablar de género no es hablar de relaciones sexuales, ni homosexualidad, ni de sexo biológico; sino sobre los comportamientos que han sido impuestos desde nuestra crianza por el hecho de tener un pene o una vulva: que los hombres deban demostrar su hombría constantemente, o que las mujeres no puedan caminar solas porque algo les puede suceder.

La ESI con enfoque de género permitirá que los escolares prevengan situaciones de violencia, tomen decisiones responsables cuando tengan relaciones de pareja, que posterguen lo más que puedan el inicio sexual, que identifiquen las responsabilidades que implican las relaciones sexuales de riesgo, que cuestionen los mitos culturales sobre el amor romántico, que respeten las diferencias y las diversidades de los cuerpos, mentes y formas de expresar afecto.

Norma Correa, antropóloga PUCP

La educación sexual integral (ESI) fortalece la educación básica. El Ministerio de Educación la define como un espacio de enseñanza y aprendizaje para la toma de decisiones sobre el cuidado del propio cuerpo, relaciones interpersonales y ejercicio de la sexualidad. Esto resulta clave para responder a la escalada de violencia sexual y eliminar estereotipos de género.

Además, la ESI contribuye a superar patrones de exclusión social. Alcázar (2019) evidencia las principales brechas que afectan a los grupos vulnerables, entre las cuales destaca la alta prevalencia de embarazo adolescente. Transformar esta realidad es indispensable en un país donde la tasa de pobreza en mujeres es de 25,8%, cifra que asciende a 35,4% en niños y adolescentes -0 a 17 años- (INEI, 2022).

Más allá del diálogo entre convencidos -a favor o en contra- es indispensable responder a las inquietudes de la ciudadanía. Es necesario generar confianza en las familias sobre la capacidad del Estado para implementar adecuadamente los contenidos educativos vinculados al enfoque de género. Si no hay claridad sobre la implementación, se corre el riesgo de debilitar el apoyo a una mejora necesaria.

León Tratemberg, educador

Lo que los padres tienen que entender es que todo aquello que se censura para no ser tratado en el colegio conlleva a dos consecuencias: una, que los alumnos se informen y orienten a través de sus pares -que están tan desinformados como ellos-, e internet (pornografía); otra, que capten el mensaje de que las cosas importantes para ellos no tienen cabida en el colegio.

Esto último implica que tampoco consulten temas sobre iniciación sexual, drogas, suicidios, delitos, acoso y un largo etcétera. Esto se aplica aún para aquellos hogares en los que los padres tratan los temas con los hijos, porque en estos asuntos, usualmente, no les basta lo que opinen sus padres.

Además, en ninguna parte del mundo la estrategia de no hablar de temas sensibles como la sexualidad, el consumo de drogas o los delitos digitales ha traído como consecuencia que los niños y jóvenes tengan una postura informada, madura, mentalmente saludable y ética respecto a estos temas. Se evidencia todo lo contrario.