Son las “víctimas invisibles” de toda separación. Muchas veces, cuando una pareja se separa, su destino queda sujeto al capricho, el rencor o la culpa. Un juez puede decidir el régimen de tenencia de los hijos de un matrimonio. Pero no el de las mascotas, que en la repartición de bienes pueden terminar recibiendo el mismo trato que se le dispensa a los muebles de sala o al televisor.
La situación no es muy distinta cuando el dueño de una mascota muere. En ocasiones, los familiares deciden la suerte de ese animal que el difunto tanto adoraba con la frialdad con que disponen de la ropa que había en el clóset.
En España, eso se acabó.
El miércoles 5 entró en vigencia una ley que señala que los animales son seres sintientes y deben dejar de ser tratados como cosas, por lo que no pueden ser embargados, hipotecados, abandonados o alejados de uno de sus dueños.
Uno de los cambios más importantes es que en caso de separación un juez podrá regular la custodia compartida de las mascotas, acordar la participación de los cónyuges en su manutención y decidir su destino en caso de que no haya acuerdo entre ambas partes. Este régimen podrá ser modificado en cualquier momento teniendo en cuenta las necesidades de los hijos y las del propio animal de compañía.
El destino de las mascotas también será considerado en los testamentos. Si no hubiera última voluntad, serán entregados a los herederos que los reclamen y si esto no fuera posible, serán puestos a disposición de refugios.
La norma modifica la Ley Hipotecaria para impedir que los animales de explotaciones ganaderas, industriales o de recreo no estén incluidos en las hipotecas, y hace lo propio con la Ley de Enjuiciamiento Civil, de modo que prohíbe que los animales de compañía sean embargados en caso de impagos.
La ley fue impulsada por Unidas Podemos y el Partido Socialista y apoyada por la mayoría de los parlamentarios, con excepción de los del grupo ultraderechista Vox.
–Esta decisión en España marca un precedente importante en materia de derechos de los animales –dice Heidi Paiva, directora de la organización animalista Proyecto Libertad–. Nos da un arma poderosa al movimiento de defensa de los derechos de los animales en el mundo para lograr normas similares.
Paiva recuerda el caso de una cambista que fue asesinada en Miraflores hace unos meses y cuya perrita terminó en la calle porque la hija de la víctima no quería quedarse con ella.
–Si esta normativa se aplicara en Perú, la perrita sería llevada a un centro de acogida –dice. La activista considera que el Perú no está muy lejos de lograr una norma como la española, ya que se han dado pasos importantes para reconocer los derechos de los animales, como la Ley de Protección y Bienestar Animal y la ley que establece la esterilización de perros y gatos como una política de salud pública.
–No está demás recordar que la Ley de Protección y Bienestar Animal incluye que no se puede sacrificar animales sin causa injustificada, incluidos animales domésticos. Si una persona envenena a un perro o a un gato, algo que pasa todo el tiempo, está cometiendo un delito y puede ser denunciado ante las autoridades.
Paiva dice que esta es una oportunidad de que el movimiento de defensa de los derechos de los animales ponga el tema en agenda.
–Es una oportunidad para que hablemos del tema y veamos qué cosa estamos haciendo en materia de derechos de los animales. Porque para nadie hoy es algo raro decir que los perros y gatos son parte de nuestra familia.