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Domingo

Parte de Guerra: La Mar defiende los castillos del Callao

Construida luego del terremoto de 1746, la fortaleza del Real Felipe, en el puerto del Callao, se ha convertido en una pieza clave en la guerra de la independencia. Detrás de sus altos muros, parapetado tras una batería de 332 cañones, el mariscal de campo La Mar, al mando del inexpugnable bastión militar, se debate entre su lealtad al rey de España y la causa patriota.

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El mariscal La Mar comanda la fortaleza del Real Felipe en el Callao. El bastión realista, con unos 600 soldados y 332 cañones, resguarda el puerto de un desembarco enemigo, pero no puede evitar el asedio marítimo y algún que otro ocasional cañonazo de la escuadra libertadora. La Mar cavila.

Escribe: Fabrizio Tealdo *

Hoy, 14 de marzo de 1821, harta de los asedios, la población ha escapado del puerto. La última vez que el Callao estuvo así de desolado fue tras el maremoto de 1746, que lo arrasó. La aduana está cerrada, le han puesto candado. Los muelles, derruidos. Las naves, arrinconadas y abandonadas, aguardan a que se reactive el comercio.

Alrededor del puerto apenas quedan 200 casas, qué digo casas, chozas donde viven pescadores, ladrones y otros oportunistas. Cuando acaben las guerras no habrá que levantar el puerto desde cero, como sucedió tras el maremoto, pero sí será necesario reconstruirlo.

En el Ejército Libertador saben que sitiar el Callao es clave para invadir Lima. No solo es el puerto de la Ciudad de los Reyes, sino que frente a sus aguas se levanta la plaza militar más dura de la costa del Pacífico, el Real Felipe, que empezó a construirse tras el maremoto y que tardó 29 años en culminarse. Desde entonces, el puerto está limpio de corsarios y piratas, amedrentados por sus 188 cañones de bronce y 144 de fierro, a lo largo de sus cinco torreones.

El gobernador de los castillos del Callao es el mariscal de campo José de La Mar, amigo del general José de San Martín, desde sus años de servicio para la Corona española en las guerras contra Napoleón. La Mar asumió la gobernación de la plaza chalaca en 1816, año en que se iniciaron los bombardeos al puerto. Además de la fortaleza, con forma de pentágono, completan los castillos del Callao el fuerte San Rafael, construido como un triángulo equilátero, y el fuerte San Miguel, un cuadrado de 84 metros de perímetro.

La Mar superó con éxito sus primeras grandes pruebas bélicas en los castillos, hasta que tuvo que enfrentar a lord Thomas Cochrane. En octubre de 1820, en la mitad de su navegación de Pisco a Huaura, el comandante de la Escuadra Libertadora hizo desfilar frente al Callao ocho buques de guerra y 4500 soldados trasladados en 18 transportes para amedrentar a las fuerzas realistas. De paso, aprovechando una tregua, capturó la fragata Esmeralda, el buque más poderoso de la flota hispana, entre el 5 y 6 de noviembre de 1820.

No se ven personas circulando, más allá de algún chasqui que va y viene de la fortaleza, enviando y trayendo información a los realistas acantonados. Las fuerzas de armas se calculan en alrededor de 600 cabezas, pero cada vez llegan más civiles que sospechan una inminente ocupación enemiga de Lima. Españoles y nobles criollos que aún defienden al rey Fernando VII empiezan a refugiarse detrás de las murallas, anticipando las represalias del nuevo régimen.

Las provisiones de alimento y armas empiezan a escasear, pero La Mar consigue proteger los castillos. Migró a España a los dos años de edad y vivió en la península hasta 1815, cuando volvió a América. Defiende a la corona desde que tiene uso de razón, pero no hay nada más triste que luchar para que nada cambie, piensa La Mar mientras negocia con sus fidelidades.

A tiro de cañón, en la rada chalaca, descansa San Martín en una embarcación chilena. Que un viejo amigo sea en los papeles su mayor enemigo, lo llena de dudas.

El mariscal de campo sabe que el sentimiento criollo se ha expandido en el país —como también en él— desde el desembarco de las fuerzas libertadoras en Pisco, pero se ve obligado a luchar por un rey en quien cada vez confía y cree menos. ¿Cuánto tiempo podrá defender la plaza chalaca? ¿Conviene mantener el puerto bloqueado, cerrado al comercio, o revivir su usual actividad y bullicio, las filas de barcos que hasta hace pocos años esperaban días para desembarcar? ¿Conviene capitular y unirse a la era de la libertad?

(*) Historiador y escritor, es autor de la novela El marqués en el exilio (ARSAM 2017) y del conjunto de relatos Breve suma histórica del Perú fantástico (Trashumantes 2013).

►Cronología de la independencia del Perú 1821

29 de ene. Dieciocho jefes realistas, en Aznapuquio, conminan al virrey Pezuela a entregar el mando al general José de la Serna y a dejar el Perú en un plazo de 24 horas. El virrey dimitió.

12 de feb. En Huaura, San Martín dicta un reglamento provisorio. El territorio libre es dividido en cuatro departamentos: Trujillo, Tarma, Huaylas y la Costa, que después tomó el nombre de la capital.

13 de feb. Se publica el periódico realista El triunfo de la Nación hasta el 29 de junio. El editor fue Guillermo del Río.

17 de mar. En Paita, los patriotas capturan el buque Sacramento.

4-18 May. Los negociadores del general San Martín y del virrey La Serna, se reúnen en Punchauca. Se negocia un armisticio vigente hasta el 4 de junio. San Martín propuso el establecimiento de una monarquía con un príncipe español, previo reconocimiento de la independencia del Perú. No hubo acuerdo.

20 de May. Combate de Mirabe en Puno. Victoria de Miller. Arenales ocupa Jauja. Fuente: M. Guerra, coord., Cronología de la independencia del Perú, 2016.

Edición y coordinación: Marco Zileri. Diseño: brian tejeda. Fuente: Ilustración basada en retrato de David Lozano en Galería de retratos de los Gobernantes del Perú independiente (1821-1871).