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Domingo

Aguas divididas en la Iglesia Católica

Informe sobre la división de opiniones en la Iglesia Católica.

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Aguas divididas en la Iglesia Católica | Aguas divididas en la Iglesia Católica

Informe

La Iglesia Católica no tiene un pensamiento monolítico. En la institución hay religiosos con opiniones progresistas sobre el enfoque de género, los abusos sexuales y los curas pederastas y hasta la legalización del aborto. El nombramiento de monseñor Pedro Barreto como cardenal marcará un nuevo derrotero.

Acababa de estallar el escándalo de la compra de televisores y frigobares en el Congreso. Los parlamentarios gastarían un cuarto de millón de soles de nuestros impuestos en la renovación de sus electrodomésticos. Toda una obscenidad.

Eran los últimos días de mayo, por ese entonces el papa Francisco había anunciado un nuevo cardenal para el país. Se trataba del Arzobispo de Huancayo, el sacerdote jesuita Pedro Barreto, muy conocido por sus acciones en contra de la contaminación minera en La Oroya, Pasco. Monseñor Juan Luis Cipriani, recordado por frases desfortunadas como "la mujer se pone como en un escaparate provocando", seguiría siendo cardenal pero tendría ahora una contraparte.

Esa misma semana la cancha quedaría marcada así: Mientras Cipriani era invitado al Congreso fujimorista para ser condecorado con la Medalla de Honor, Barreto arremetía contra las gollerías de nuestros servidores públicos enfatizando que vivían “a espaldas de la realidad del Perú” y que se les hacía difícil “soltar la mamadera”.

Por un lado, la complacencia con el poder y por el otro una lectura crítica, más en sintonía con lo que la ciudadanía piensa actualmente de nuestros legisladores.

Este desencuentro entre el actuar de Cipriani y Barreto puso en evidencia algo que parecía improbable dentro de la Iglesia Católica, la institución religiosa con más adeptos en nuestro país: la diversidad de opiniones de sus autoridades.

“Con el nombramiento del cardenal Barreto, el papa Francisco quiere demostrar que en la Iglesia hay diferentes formas de pensar y que es tan cardenal Cipriani como Barreto y que no hay un pensamiento monolótico”, dice la comunicadora María Rosa Lorbés del Observatorio Socio Eclesial “Signo de los tiempos”.

Y es cierto, ya sea porque monseñor Cipriani tiene un añejo programa de radio que se trasmite todos los sábados o porque es un religioso católico que se ha movido en las altas esferas del poder político (no olvidemos, además, su cercanía con el gobierno de Fujimori en los noventa), la opinión pública percibe que es la voz con más presencia de la Iglesia Católica y por lo tanto representa a quienes la conforman.

Sin embargo, el sacerdote jesuita y rector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, Ernesto Cavassa deja muy en claro que “si hay algún jefe de la Iglesia en el Perú ese es el presidente de la Conferencia Episcopal, que hoy en día es el Arzobispo Miguel Cabrejos. El cardenal Cipriani ha postulado cuatro veces a este cargo y nunca ha sido elegido por sus propios colegas”.

"Se piensa que la iglesia católica tiene un solo discurso y que Cipriani al ser el cardenal es el que manda y eso es falso", enfatiza Lorbés, "porque el cardenalato es un título honorífico que no es de jerarquía pero la gente no lo entiende y los periodistas son los primeros, se equivocan al llamarlo jefe de la Iglesia Católica".

Iglesia multicolor

Se podría pensar que hay una reducción de la población católica en el mundo. Razones no faltan para desconfiar y hasta para repudiar a una institución que ha sido manchada por escandalos de abuso sexual cometidos por pederastas como Fernando Karadima en Chile o Marcial Maciel en México, y Fernando Figari del Sodalicio de Vida Cristiana en Perú.

Sin embargo, la Agenzia Fides, la agencia de prensa de El Vaticano, publicó hace poco una estadística que entre otras subraya la suma de más católicos a la institución cristiana.

Y ya que sigue convocando multitudes (lo vimos en la pasada visita del papa Francisco), los colegas de Cipriani reclaman un lugar para que sus opiniones sobre diversos temas de coyuntura sean escuchadas. El enfoque de género, por ejemplo, que no es otra cosa que el fomento de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y no el fantasma que algunos grupos evangélicos y católicos conservadores han rotulado como la temible “ideología de género”:

“Y es que hay grupos que ligan la palabra género a destruir la familia, a que van a volver homosexuales a los niños, o que vas a fomentar el aborto [...] Yo estoy de acuerdo en que hombre y mujer tienen igual dignidad, y que la sociedad nuestra es muy machista y patriarcal, en la mayoría de parroquias progresistas han trabajado el enfoque de género toda la vida”, dice Lorbés.

Monseñor Barreto, por ejemplo, dijo que “el enfoque de género era lo más adecuado para dignificar tanto a hombre como a la mujer [...] tenemos que ser conscientes de que no va a ser fácil este enfoque de género pero parece lo más correcto porque no por ser varón se es mejor, de hecho sin la mujer no hay vida ni sociedad”.

La Conferencia Episcopal también se pronunció a comienzos de este mes, entre otros temas, sobre el machismo: "Debemos desarrollar una campaña educativa que ayude a sacar de nuestra mentalidad el machismo, que viene siendo incluso incentivado en ciertos medios como un modelo de vida".

Los escépticos pensarán que se podría tratar de letra muerta viniendo de una institución que, según el teólogo español Juan José Tamayo, trató siempre a la mujer como "menores de edad que necesitaban guías espirituales que les digan lo que es bueno y lo que es malo, lo que pueden o no pueden hacer, sobre todo en materia de sexualidad".

Sin embargo, la manifestación de opiniones progresistas como aquellas son necesarias para contrapesar expresiones misóginas como las del mismo Cipriani, quien llamó "respondonas" a algunas ministras del expresidente Kuczynski cuando se mostraron a favor de retomar la distribución de la pastilla del día siguiente.

Otras papas calientes

Otro tema espinoso fue el indulto a Alberto Fujimori, tema que dividió notoriamente a los obispos. Miguel Cabrejos, en ese entonces arzobispo de Trujillo, dijo que "la paz social del Perú no puede construirse con tal propuesta de reconciliación que, lejos de favorecer la unión, aumenta la fractura". Al otro extremo, otra vez Cipriani, el cardenal del Opus Dei dijo: "No podemos quedarnos encerrados en una memoria de hace 20 años [...] procuremos perdonar entre todos".

Los líderes católicos también se pronunciaron sobre la supuesta apología al terrorismo que se azuzaba en el Lugar de la Memoria (LUM). Al respecto, el Cardenal Barreto dijo con una postura más de avanzada, que ayudaba a “recordar un hecho que nunca más debe suceder en el país, y es la violencia armada que hubo en la época de los ochenta y noventa”.

Sobre la reciente legalización del aborto en Argentina, un tópico picante para la Iglesia Católica, el padre Cavassa opina: "Lo que envidio de los argentinos es el nivel de argumentación científica, por ejemplo, saber en qué momento efectivamente hay vida humana. El aborto es un tema difícil para la iglesia, yo creo que lo más adecuado sería acudir a los expertos en bioética para que nos ilustren".

El jesuita es enfático, además, en defender la supremacía de un Estado laico: "Requerimos de un laicado adulto que sea capaz de decirle a cualquier cura: no te metas con este tema porque no te corresponde".

Cree fielmente que la Iglesia no tiene porqué intervenir en las políticas públicas que le competen totalmente a la sociedad civil.

Estos son algunos de los matices que hay dentro de la Iglesia Católica peruana, que quiere mejorar sus relaciones públicas, mostrar que hay posturas diversas, y que sus fieles tienen derecho a decidir a quién seguir.