Subir a lo más alto del podio en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, tras ganar la maratón, no fue razón suficiente para que Cristhian Pacheco sea recibido con algarabía. El atleta peruano Cristhian Pacheco ganó su segunda medalla de oro en unos Juegos Panamericanos a los 29 años e igualó el hito del brasileño Vanderlei de Lima (Winnipeg 1999 y Santo Domingo 2003). El maratonista, que es el penúltimo de nueve hermanos y es padre de familia de dos pequeños, conversó con La República sobre sus próximos objetivos y la nula ayuda que recibe actualmente.
—¿Cómo nace tu afinidad por el atletismo?
—Entro a este mundo del atletismo gracias a mi hermano. No me gustaba, pero poco a poco empecé a ganar y le agarré el gusto y los entrenamientos eran más a conciencia, más profesional. Hasta que decidí al 100% meterme al mundo del atletismo.
—Antes del atletismo, ¿te agradó otro deporte?
—Jugaba fútbol en la región Junín en el distrito de Chilca. Ahí tenemos un estadio que es grande y tiene como 4 o 5 losas deportivas de fútbol. De niño, siempre salíamos con mis vecinos a jugar fútbol y por lo menos a la semana jugaría de 3 a 6 veces.
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Unidos. Los peruanos presentes en Santiago lo apoyaron. Foto: difusión
—¿Algún hecho importante que te haya marcado en el atletismo?
—El año 2016 ha sido personalmente el mejor año de toda mi vida, porque participé en unos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Fui con 20 años y era mi primera vez. Además, estuve feliz porque fui con mi hermano. Ambos competimos la misma prueba y fue una experiencia muy bonita. Tras esas olimpiadas, mi hermano se convirtió en mi entrenador y ya es otra sensación.
—¿Cómo es la relación con tu hermano siendo entrenador?
—Con mi hermano voy entrenando como seis años, desde el año 2017. Ambos separamos las cosas. Una cosa es ser entrenador y deportista. Todo es con respeto. Como entrenador, él también me corrige si estoy entrenando mal o estoy fallando en algo. Cuando pasa eso, agacho la cabeza y sigo entrenando. Una vez que termina el entrenamiento, volvemos a ser hermanos.
—¿Un momento difícil o complicado que hayas vivido?
—Cuando tenemos competencias de gran magnitud como Juegos Panamericanos, Olímpicos o maratones, dejamos a un lado a nuestra familia y nos concentramos al 100% en los entrenamientos. Sacrificamos muchas cosas, como el estar con la familia, no estar en compromisos importantes como cumpleaños. Por ejemplo, este 21 de octubre era cumpleaños de mi mamá y no estuve presente porque estaba a un día de mi participación en los Panamericanos.
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—Además del atletismo, ¿qué otra actividad realizas?
—Este año acabo de estudiar Educación Física. También estoy estudiando otra carrera, voy en segundo semestre en la Universidad Continental en la carrera de Psicología.
—Respecto a tu preparación para los Panamericanos, ¿en el Perú hay la infraestructura para entrenar en alta competencia?
—No tenemos las infraestructuras adecuadas. Nosotros para poder entrenar en la región Junín, solo tenemos un estadio y una pista atlética, que es el estadio 3 de Octubre. Los demás estadios no están en buenas condiciones para nosotros. Lo segundo sería que el apoyo que nos brinde el IPD y la federación es mínimo. No nos alcanza para poder sobreexistir como deportista de alto nivel. Hago un llamado a las empresas privadas, al Estado, IPD y la federación que apueste más por este deporte. Sabemos que la región Junín, la provincia de Huancayo, es la cuna del fondismo. Hay muchos deportistas que han dado logros, campeonatos, sudamericanos, Panamericanos, mundiales. Yo pienso que debe haber más apoyo para esa región.
—Tras contar que el IPD y la FPA no te recibieron en el aeropuerto, ¿se han comunicado contigo?
—Bueno, hasta ahorita no he recibido ninguna llamada de nadie. Sobre la llegada a Lima, tanto a IPD como la Federación de Atletismo creo que les falta más comunicación, o no tendrán el interés; quizás tienen sus razones y motivos. Como deportista, es lamentable, ya que el IPD, la federación y el Comité Olímpico saben cuándo viajamos y regresamos.
—¿Qué sigue para ti?
—Aún estoy a la espera. Ahorita todavía no he llegado a Huancayo. Estoy yo en Lima hasta el jueves 26 de octubre, ya que (estoy) llevando terapia para poder recuperarme después de la maratón. El viernes estoy viajando para Francia hasta el 2 o 3 de noviembre. De ahí regreso otra vez para Lima y luego viajaré a Huancayo para estar recién con mi familia. Esperaremos que pasen estos días, con la esperanza de que se sumen (IPD y la federación) a este proyecto y al sueño que tengo, que es luchar en las Olimpiadas de París 2024 y Los Ángeles 2028.
—¿Cuál es tu meta para los Juegos Olímpicos París 2024?
—La verdad, tengo el sueño, si Dios quiere, de tener una medalla olímpica. Solo me quedan dos Olimpiadas, que son las de París y Los Ángeles. Son 5 a 6 años que voy a estar como deportista cúspide.
—¿Alguna empresa que te esté apoyando?
—Ahora solo estoy con la empresa privada Nike; llevo trabajando con ellos desde hace años.
—¿Hasta qué edad has pensado competir?
—Hasta los 37 o 38 años, luego de disputar las Olimpiadas de París 2024 y Los Ángeles 2028. Quiero llegar en óptimas condiciones y por eso hago llamadas a las empresas privadas para que se sumen a este proyecto, a estos dos ciclos olímpicos para poder llegar en mi mejor momento y si Dios quiere buscar estar en el podio. Además, hago un llamado a las empresas privadas para que apoyen a las nuevas canteras que están saliendo, ya que después de mí tiene que haber no solo un Cristhian Pacheco, sino 10 Gladys Tejeda o 10 Inés Melchor.
—Después del retiro, ¿has pensado estar ligado al atletismo?
—Con mi hermano Raúl, estoy pensando poner una escuela de atletismo. Con esa escuela que abriremos, esperamos sacar nuevos valores, nuevos talentos y buscar inculcarles que tengan esa chispa de anhelar ese sueño de la medalla olímpica para todos los peruanos.