La historia constantemente se reescribe y tiene hechos que quedan como hitos para el futuro. Era la primera vez en un estadio para muchas niñas que veían, para familias enteras que ven el fútbol como un espectáculo y está alejado de la violencia, e incluso también era la primera vez para algunas jugadoras que estaban en el grass del principal estadio peruano disputando la final de la Zona Lima del torneo femenino organizado por la FPF.
Si el mundo es redondo, la pasión desbordada se llevaba a la cancha donde el balón pasaba a ser el centro del universo. Un clásico que por algunos fue llamado como el de la igualdad, mientras otros apuntaban a una oportunidad para ganar visibilidad, para que se deje de ver como amateur.
Las chicas no simulan faltas, el juego lo ven como algo puro y piensan en el arco rival. Se abrazan previo al inicio pero apenas escuchan el pitazo, la rivalidad vuelve a nacer. Más importante que el ritmo de juego, que algunos lujos, en cada corrida y pase se transmitía el esfuerzo de chicas que entrenan a las 6 de la mañana porque luego deben ir a trabajar, pero que estaban cumpliendo su sueño.
Si en el torneo de primera hay errores arbitrales, en el femenino también. Dos penales polémicos fueron cobrados por Elizabeth Tintaya, aunque dejaban duda de si eran faltas. A los 13 minutos, Alison Reyes abre el marcador para Alianza Lima con un colocado remate pero la garra crema se empezaba a notar con el ritmo.
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El técnico de la selección peruana, Doriva Bueno, miraba atento desde la tribuna donde estaban varias de la lista que entregó. De Cindy Novoa dependía el ritmo al que jugaban las merengues y ella se encargó de empatar el duelo (22’) también desde los doce pasos. Universitario tuvo un torneo arrollador: trece triunfos y solo un empate le daban el cartel de favorito con justicia.
En el complemento se empezó a notar la superioridad crema en el físico y también en el juego. También hubo pierna fuerte, algunas patadas sin intención, pero a los seis minutos un tiro libre es desviado por la defensa blanquiazul Enica Fasasbi para que se convierta en el 2-1. Desde ese momento, las cremas dominaron la posesión del balón y cómo ocupaban los espacios. Incluso tuvieron varias oportunidades para ampliar la ventaja, pero les faltó mejor puntería.
Casi 10 mil personas en el Nacional para ver esta definición donde las cremas terminaron celebrando el título. El simbolismo claro del éxito sobre la adversidad. De repente en unos años, esas niñas que miraban desde la tribuna y festejaban, pasen a ser las protagonistas de sus propios sueños futboleros.
síntesis partido