Cada vez más usuarios exponen edificaciones abandonadas por los diferentes distritos de Lima, como fue el caso de la misteriosa mansión de San Juan de Lurigancho, la cual era una universidad que dejó de funcionar. Además de las construcciones, están los terrenos, cuyos espacios en algún momento sirvieron como oficinas y actualmente no pueden albergar una obra por diferentes motivos. En esta ocasión, una descuidada discoteca en el reconocido balneario de Ventanilla ha captado la atención de quienes un día la visitaron.
Son muchos los bañistas que guardan gratos recuerdos en esta parte del Callao, donde aseguran que, antes de convertirse en un local de diversión, en el establecimiento funcionaba un restaurante y después una peña, a la que asistían miles de familias cada fin de semana.
De acuerdo con el video compartido por el youtuber Marko Tk, hace muchos años, la playa de Ventanilla servía como escenario de diferentes conciertos de salsa y reguetón. Asimismo, mencionó que la discoteca tiene aproximadamente 500 metros cuadrados, pero que su estado de abandono dataría de no más de siete años, puesto que ciertas partes de la infraestructura se encuentran en perfectas condiciones, lo cual no sucede en otros locales que llevan décadas sin funcionar.
El creador de contenido y el youtuber de Dilo Nomas señalaron que gracias a uno de los vendedores de caramelos que se encontraban cerca del local descubrieron que el lugar era un salsódromo. No obstante, el establecimiento dejó de funcionar a inicios del 2020 debido a la pandemia. Tras ello, la discoteca y otros negocios atendían a los bañistas, pero el derramamiento de petróleo fue otro de los factores que obligaron a los dueños a abandonar estos centros de diversión.
La discoteca abandonada en el balneario de Ventanilla tiene un aproximado de 500 metros cuadrados de área. Foto: Marko TK/YouTube
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Pese a tener tres años de abandono, el youtuber enfocó algunas estructuras que han sido arruinadas por la brisa del mar. Además, la discoteca presenta señales de haber sido saqueada, pues la mayoría de los accesorios sanitarios ya no se encuentran en su lugar. Por otro lado, el espacio aún conserva sus paredes intactas, pero las ventanas y mamparas no cuentan con sus respectivos vidrios e incluso el piso, donde un día miles de personas bailaron, está repleto de pequeños charcos de agua.