En un fallo inapelable, la Sala Especializada en Protección al Consumidor del Indecopi sancionó a las empresas de Supermercados Peruanos S.A., Mayorsa S.A. e Hipermercados Tottus S.A. por vender productos enlatados con golpes y abolladuras en sus establecimientos de Lima y Callao. Esta noticia ha generado una pregunta importante: ¿por qué no debemos consumir alimentos de latas golpeadas?
Los alimentos enlatados, como la leche, el atún o las conservas, se han convertido en una opción conveniente para muchas personas, debido a su transporte sencillo y su larga vida útil. Sin embargo, existe una creencia errónea de que comprar latas dañadas es una forma de ahorrar dinero, pero esto podría tener un alto costo para tu salud.
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Rafa Carbajal, un ingeniero experto en alimentos y biotecnología, advierte que es preferible adquirir alimentos enlatados sin abolladuras, hinchazones o hendijas. El peligro radica en que las fisuras permiten el ingreso de microorganismos no deseados o, incluso, residuos de insecticidas presentes en el almacén donde se almacenaron las latas defectuosas. Una lata con problemas de fábrica se infla debido a la actividad microbiana en su interior.
Carbajal también recomienda limpiar cuidadosamente la lata antes de consumir su contenido, ya que podría haber estado expuesta a roedores o insectos en los almacenes de distribución. Estos factores, combinados con latas golpeadas, aumentan el riesgo para la salud de quienes consumen los productos.
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La razón detrás de estas advertencias es clara: la seguridad alimentaria es esencial. Los alimentos enlatados de calidad proporcionan una fuente de nutrientes confiable y segura, pero las latas dañadas pueden comprometer esa seguridad al exponer el contenido a condiciones adversas.