Hace 10 años, un niño brasileño se volvió viral en las redes sociales tras burlar la seguridad del papa Francisco, quien en aquel año se encontraba en la Jornada Mundial de la Juventud (JM) en Río de Janeiro. Nathan de Brito estaba con sus padres, pero decidió escaparse para correr hacia los brazos del líder de la Iglesia católica y hacerle la promesa de que en el futuro se convertiría en sacerdote.
Te contamos a continuación qué pasó con aquel niño que corrió hasta el papamóvil y conmovió a millones por su hazaña.
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río en 2013 fue uno de los eventos católicos más emblemáticos de la historia, pues fue el primero en el ámbito internacional en el que participó el papa Francisco. No obstante, también es muy recordado gracias a Nathan de Brito, un pequeño que no temió burlar a decenas de agentes de seguridad para abrazar al octavo de la Ciudad del Vaticano.
Ese momento quedó grabado en la mente de no solo miles de brasileños católicos, sino también de los fieles que se encontraban en el lugar y aquellos que lo veían por televisión, pues el protagonista solo era un niño que vestía la camiseta de la bandera de dicho país.
Nathan de Brito emocionado al conocer al papa Francisco. Foto: Vatican Va
Aunque los guardaespaldas casi interceptan a Nathan, el papa Francisco ya había puesto sus ojos en él, por lo que al final terminaron subiéndolo al vehículo. Si bien solo estuvieron segundos juntos, el menor entre lágrimas le prometió: "Quiero ser padre, quiero ser ministro de la Iglesia". Francisco, emocionado por sus palabras, le respondió: "Vos rezá por mí, que yo voy a rezar por vos. Tu deseo se concretó".
Años después de este mágico encuentro, en enero de 2022, el sacerdote brasileño Joaquim Wladimir Lopes Dias, a través de su página de Facebook, publicó una fotografía junto a Nathan en la que confirmó que era postulante de la Orden de los Hermanos Menores de Rondonópolis, en Mato Grosso del Sur.
Nathan de Brito a punto de cumplir su sueño: convertirse en sacerdote. Foto: Joaquin Vladimir Lopes Dias/Facebook
En una entrevista con ACI Digital de Brasil, Nathan de Brito reveló que fue monaguillo por muchos años y que le gustaba el catecismo. Incluso, indicó que el día de su primera eucaristía fue el "más feliz de su vida". No obstante, no fue hasta los siete años que finalmente se dio cuenta de su verdadera vocación, pues, cuando su padre lo recogió del colegio y le preguntó qué quería ser cuando crezca, él solo respondió: "Ser sacerdote".
"Entiendo que mi vocación es el sacerdocio; entonces, debo decirle sí a esta vocación", finalizó Nathan, quien cumplió su promesa al papa Francisco.