José Birrueta era de esas personas que tienen a la suerte de su lado. Siempre que jugaba a la lotería se llevaba premios menores de 1.000 y 2.000 dólares, hasta que un día la vida le dio una sorpresa y le “pegó al gordo”, ganando nada más y nada menos que 75.000 billetes verdes. Sin embargo, la alegría le duró poco, pues fue cruelmente estafado por un hombre que parecía ser su amigo.
La historia de su desgracia comenzó en noviembre del 2015 cuando le pidió a su supuesto amigo que reclamara el premio por él, pues al no tener sus documentos en regla, tenía miedo que no le entregaran el dinero.
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“Yo pensaba que por ser indocumentado no tenía derecho a cobrar el premio y por eso le pedí a Joel que me lo cambiara. Lo consideraba mi amigo. Me había ayudado otras veces y dado trabajo en la construcción. Pero se desapareció. No lo encuentro por ningún lado”, dijo el inmigrante mexicano en una entrevista para Univisión. Lo último que supo es que Joel cambió el boleto. “Ya sin impuestos, le dieron 56.500 dólares”, comenta.
Birrueta y su esposa, Sarah Vanessa Meneses, llegaron a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Junto con sus cinco hijos, pensaban utilizar el dinero del premio para pagar sus deudas, comprar una casa y asegurar el futuro educativo de los más pequeños. Por eso, aún confía en recuperar el dinero robado, pues a recomendación de su abogado Alex Gálvez, reportó el hurto a la Policía y acudió a la lotería a informarles lo que les pasó.
“Yo tengo confianza en que sí vamos a conseguirlo”, sostiene optimista el inmigrante de Colima, México, a quien su estatus indocumentado, el exceso de confianza y no informarse bien le jugaron en contra para que lo estafaran.
José Birrueta y su esposa. Foto: captura Univisión
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Pues, Gálvez, quien también es experto en migración, asegura que los inmigrantes sin papeles pueden jugar y cobrar sus premios. “No tienen que tener un número de seguro social. El gobierno lo que quiere es que paguen los impuestos del premio. Solo tienen que comprobar que residen en el estado”, expone ante Univisión. En ese sentido, Birrueta pudo haber acudido a reclamar su premio sin necesidad de pedirle a un tercero y evitarse este problema.