En el Perú existen diversas leyendas urbanas que transcienden de generación en generación y alimentan la cultura popular de cada región del país. Por ejemplo, en Puno existe una historia en particular que aterra a sus pobladores: el mito del féretro ambulante de Ayaviri.
Según cuenta la leyenda, este féretro deambula por la plaza de la ciudad de Ayaviri al caer la noche. Aunque algunos pobladores consideran este mito como una simple historia de terror creada para asustar a los niños, en tanto, hay quienes afirman haberlo visto. A continuación, te contamos más sobre este hecho.
PUEDES VER: Leyenda urbana: ¿por qué se cree que un ‘fantasma’ habita el túnel de La Herradura en Chorrillos?
Foto: composición LR/
De acuerdo con la leyenda, en el distrito de Ayaviri, Puno, cuando los pobladores no tenían luz eléctrica y la Luna era la única que alumbraba la ciudad, el féretro, que se guardaba en la catedral de la localidad, salía a recorrer las calles del pueblo al pasar la medianoche y hacía un ruido particular. Según los testimonios, se escuchaba un conjunto de huesos cayendo sobre el suelo.
Las personas decían que este ataúd era rústico y estaba hecho de palos. Y que, en su interior, llevaba los restos de aquellos pobladores cuyas familias no podían costear un cajón para enterrarlos.
Por tanto, uno de los vecinos del pueblo decidió subirse a la torre de la catedral para comprobar esta leyenda.
PUEDES VER: Leyenda urbana: ¿por qué dicen que ‘el diablo’ apareció en la discoteca Señor Botija de SJL?
Foto: composición LR/
PUEDES VER: ¿Jesús nació el 25 de diciembre o es una leyenda creada por los cristianos? Esto dice la historia
Pasado la medianoche, el hombre escuchó unos raros sonidos que provenían de la iglesia. Minutos después, vio cómo un féretro antiguo salía de la puerta de la catedral y entraba en la casa de la familia Bustinza.
Luego, vio salir de esta vivienda a cuatro hombres vestidos de negro. Estos tenían unas velas encendidas en una mano. En tanto, en la otra cargaban el féretro con un cadáver en su interior.
Estupefacto por lo que había visto, el hombre salió rápidamente de la catedral. Sin embargo, ocho días después, un miembro de dicha familia falleció repentinamente.
Desde ese momento, esta leyenda es una de las más temidas de Puno, pues se cree que, unas semanas antes de que fallezca un vecino del pueblo, el féretro deambula por las calles de la ciudad.