Entre 1985 y 1990, el Perú vivió la peor crisis económica del siglo XX. Las políticas intervencionistas que aplicó en esos años el entonces presidente Alan García provocaron que miles de peruanos hicieran largas colas ante la escasez de alimentos de primera necesidad, como el azúcar, el pan, el huevo, la leche, entre otros.
En ese contexto, se volvió popular la leche ENCI, un producto distribuido por la Empresa Nacional Comercializadora de Insumos, que compitió de forma desleal contra otras marcas mucho más reconocidas como Gloria, Ideal o Carnation.
Según Alfonso Gastañaduy, profesor auxiliar de ESAN, esta compañía estatal puso en marcha un programa de distribución de leche en polvo destinada básicamente al consumo popular. El objetivo fue sustituir a la leche evaporada, por lo que se ofertó a un precio muy por debajo del precio de esta.
“Este programa cambió poco a poco el concepto que la gente tenía de la leche en polvo. Al comienzo se decía que era química, que tenía talco entre sus ingredientes, que su sabor era desagradable y nada natural, etc. No obstante, por su bajo costo, la leche ENCI logró ‘posicionarse’ como la alternativa económica, especialmente para la población de escasos recursos”, expresó el especialista en su informe “¡Qué buena leche!”
Además, en aquel entonces, ENCI ejercía el monopolio estatal en ese campo, por lo que ninguna otra empresa podía importar leche. Esta medida, sumada al déficit generado en ganancias porque, debido al control de precios, no podían subir el valor de la leche a pesar del aumento de los costos de producción; implicaba que el mismo Estado, a través del Banco Central de Reserva, financiara el déficit con la emisión de dinero, decisión con la que agudizó la crisis.
Así lo demuestra los datos del BCR, que establecen que a diciembre de 1989, la leche ENCI llegó a costar 18% de lo que costaba la leche en polvo descremada, lo que sugiere —sin profundizar en las verdaderas razones— que el subsidio era altísimo.
Publicidad de la leche ENCI. Foto: Paramonga Infórmate/Facebook
Todo empezó a cambiar cuando el país abrió sus puertas de nuevo a las importaciones y prohibió la recombinación de la leche. Desde entonces, la presión competitiva se incrementó considerablemente y varias empresas que llevaban años en el mercado lanzaron o relanzaron nuevas leches en polvo.
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Así, Nestlé, una marca antigua en este mercado, relanzó sus productos Reina del campo y Carnation. Frente a esta avasalladora competencia, ENCI manejó un perfil bajo, hasta que su marca de leche perdió peso en el mercado y finalmente desapareció.