La Semana Santa conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, y por ello es de suma importancia para los creyentes cristianos. Según el Nuevo Testamento de la Biblia, Cristo murió clavado en una cruz de madera, pero ¿qué ocurrió con dicha reliquia?
La cruz donde Jesús fue sentenciado a morir se ha convertido en un símbolo importante para el cristianismo y en particular para la iglesia católica y las ortodoxas, pues significa el sacrificio hecho por el “Hijo de Dios” en beneficio de la humanidad. En la actualidad, son muchos los templos a nivel mundial que aseguran tener trozos de esta madera. Conoce más a continuación.
En los primeros dos siglos del cristianismo, no hay una mención del destino de la cruz sobre la cual Jesús fue condenado a morir. Las primeras referencias a un posible hallazgo de dicho instrumento se encuentran recién en el libro “La historia de la Iglesia”, que habría sido escrito en el siglo IV por el obispo e historiador Gelasio de Cesarea.
El texto menciona que fue Elena, madre del emperador romano Constantino, quien halló la llamada “vera cruz” en Jerusalén. Esta versión es recogida por otros textos posteriores, como la “Leyenda dorada” de Jacobo de Vorágine en el siglo XIII.
De acuerdo con algunas versiones, Elena encontró tres cruces en el monte Gólgota, donde los Evangelios ubican la muerte de Jesús; con el fin de saber cuál era la verdadera, colocó a una mujer enferma sobre cada una de ellas, y la auténtica fue la que curó a dicha persona.
Según un relato, la verdadera cruz fue identificada al curar a una mujer enferma. Foto: Basilica di Santa Croce, Florencia
Otros relatos mencionan que se identificó la cruz correcta porque era la única con señales de haberse empleado para una crucifixión con clavos que, según el evangelio de Juan, solo fue aplicada a Jesucristo en aquella tarde.
La tradición afirma que una parte de la cruz fue llevada a Roma por Helena, mientras que la otra permaneció en Jerusalén. Con la expansión del cristianismo en Europa durante la Edad Media, diversos fragmentos pequeños de la cruz (lignum crucis) empezaron a ser llevados a varias iglesias.
Así, existen trozos de esta reliquia en la basílica de la Santa Cruz de Roma, en la catedrales de Nápoles y Génova en Italia, en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, en España, y en muchos otros lugares. En Perú, la Basílica de la Vera Cruz de Lima contiene uno de estos fragmentos, enviado por el papa Paulo III en 1540.
Lignum crucis que se custodia en la basílica de la Vera Cruz de Lima. Foto: Datos de Lima / Facebook
Ante la abundancia de ‘lignum crucis’ en templos y monasterios de todo el mundo, el reformador protestante Juan Calvino sostenía que “si quisiéramos recoger todo lo que se ha encontrado (de la cruz), habría suficiente para cargar un gran barco”.
Dicha posición fue descartada por diversos teólogos y científicos, entre ellos el catedrático de la Universidad de Turín, Baima Bollone, quien asegura en un estudio que, con la suma de todos estos fragmentos, “sólo alcanzaríamos a reunir el 50% del tronco principal”.
No obstante, la autenticidad de la “vera cruz” sigue siendo discutida. Candida Moss, profesora de la Universidad de Birmingham, explicó a la BBC que “muy probablemente” ese no es el leño donde murió Jesús, pues pudieron pasar muchas cosas con él. “Por ejemplo, que los romanos la hayan reutilizado para otra crucifixión, en otro lugar y con otras personas”, sostuvo.
Por su parte, Mark Goodacre, historiador de la Universidad de Duke, señala que estos relatos de la “verdadera cruz” surgieron ante el interés por las reliquias en los siglos III y IV, pues los primeros cristianos no mostraban tanto interés en conservar estos objetos como fuente de su devoción.
Los cuatro evangelios coinciden en mencionar como el sitio de la crucifixión de Jesús al lugar conocido como Calvario (o de la Calavera), llamado también Gólgota en arameo, un montículo situado fuera de los antiguos límites de la ciudad de Jerusalén.
Ubicación del Calvario en la antigua ciudad de Jerusalén. Foto: Geografía Infinita
Sobre el lugar tradicionalmente identificado como el Calvario se ubica actualmente la Basílica del Santo Sepulcro, construida por órdenes del emperador Constantino en el año 326 de nuestra era. El templo, ampliado y restaurado en varias oportunidades, es visitado por miles de fieles cristianos procedentes de todo el mundo.
El lugar identificado como el Calvario se halla dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. Foto: AFP
Para la creencia cristiana, la cruz de Jesús representa el sacrificio que realizó Jesucristo, el Hijo de Dios, al llevar el castigo que merece toda la humanidad por sus pecados. Por ello, se asocia con el amor de Dios hacia su creación y a la derrota del poder de las tinieblas.
A lo largo de la Semana Santa, millones de cristianos recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, a quien consideran el Hijo de Dios. Te compartimos el significado de los siete días que la componen: