El comportamiento conocido como coprofagia, o la ingestión de heces, es un fenómeno común en los perros que, aunque puede parecer desconcertante para sus dueños, no siempre está relacionado con problemas de salud. Diversos estudios y expertos en comportamiento animal señalan que esta conducta, aunque desagradable, tiene explicaciones que abarcan desde la evolución natural del animal hasta factores relacionados con su entorno y su alimentación.
Las causas de la coprofagia en perros son variadas y pueden tener un origen natural o estar relacionadas con su comportamiento. En una entrevista con La República, el doctor Christian Orderique señaló que "una de las posibles causas puede ser un problema de salud, como un trastorno pancreático, que dificulta la correcta digestión de los alimentos".
Además, este comportamiento puede surgir por un exceso de carbohidratos en la dieta, que no se digieren adecuadamente y provocan que el perro vuelva a ingerir las heces al percibir restos de alimentos.
Otras causas incluyen el estrés, el aburrimiento o la falta de estimulación mental y física, lo que lleva al perro a buscar distracciones, como ingerir sus heces. Asimismo, Orderique también señaló que es importante mantener una correcta alimentación y consultar a un veterinario para descartar problemas médicos.
Ejercicio, dieta adecuada y limpieza constante son clave para prevenir la coprofagia. Foto: difusión
La coprofagia es el comportamiento en el que un perro ingiere heces, ya sea las suyas o las de otros animales. Según el especialista veterinario, "la coprofagia es cuando el perro obviamente se come su propio excremento, es un tema bastante discutido, hay varias opiniones de por qué se produce".
Además, en muchos casos, la coprofagia en perros tiene explicaciones evolutivas, donde los perros, especialmente las madres, limpian su entorno al ingerir las heces de sus crías. Este comportamiento también puede estar relacionado con el aprendizaje de los cachorros, quienes imitan a sus madres en etapas tempranas de vida.
En algunos casos, la coprofagia puede estar relacionada con problemas médicos en los perros, aunque no siempre es así. El doctor veterinario mencionó a La República que, "una baja producción de enzimas pancreáticas puede impedir la correcta digestión de los alimentos, lo que lleva al perro a ingerir heces debido a la presencia de restos de comida no digeridos".
Además, ciertas condiciones como trastornos gastrointestinales o dietas inadecuadas pueden ser factores que contribuyan a este comportamiento. Sin embargo, en muchos casos los perros que presentan coprofagia están sanos y la conducta no necesariamente indica un problema médico grave. Aun así, es recomendable llevar al perro al veterinario para realizar exámenes y descartar cualquier condición de salud subyacente.
La alimentación juega un papel crucial en el desarrollo de la coprofagia en perros. Orderique explicó que "una dieta con un alto contenido de carbohidratos puede no ser bien digerida por el perro, lo que provoca que busque nutrientes en las heces". Los carbohidratos que no se digieren adecuadamente, como en el caso del camote, pueden ser eliminados en las heces, lo que lleva al perro a volver a consumirlas.
Coprofagia en caninos. Foto: YoVeterinario
Por otro lado, señaló que una dieta equilibrada, con las cantidades adecuadas de proteínas, grasas y carbohidratos, es fundamental para evitar que el perro desarrolle este comportamiento. Es importante ajustar la alimentación del perro bajo la supervisión de un veterinario para garantizar que reciba todos los nutrientes que necesita y reducir la posibilidad de que busque estos en las heces.
Prevenir la coprofagia en perros requiere un enfoque multifactorial que incluya la corrección del entorno y el comportamiento del animal. El doctor Christian Orderique sugirió que "una de las primeras medidas es evitar que el comedero del perro esté cerca de su lugar de defecación, así como mantener el área limpia".
El ejercicio regular y la estimulación mental también son clave para mantener al perro ocupado y reducir el aburrimiento, lo que puede llevar a comportamientos indeseados como la coprofagia. Además, es significativo proporcionar una alimentación adecuada y equilibrada para garantizar que el perro no busque nutrientes en las heces.
El exceso de carbohidratos mal digeridos en la dieta de los perros puede provocar coprofagia. Foto: difusión
Las proteínas son fundamentales para mantener a los perros saludables y pueden obtenerse de fuentes como el pollo, el cordero, el pescado, los huevos y las legumbres. Incorporar estos ingredientes de alta calidad asegura que los perros reciban los nutrientes necesarios para su bienestar y salud.
Según expertos, el pollo deben comerlo crudo porque los huesos no son astillosos. Foto: Pets Table
Los perros no pueden comer estos alimentos. Foto: VivaUSA