A los 88 años, el bioquímico y escritor argentino Alberto Granado , alias "Petiso" o "Mial" , ha muerto en la ciudad de la Habana que tanto amó, este sábado mientras dormía. Muerte dulce para un aventurero -o ex aventurero-. Por Ybrahim Luna (*) Hotel de Paso Pícaro y locuaz, autor de " Con el Che por Sudamérica" (1978) , a Granado muchos lo consideraban el Sancho de ese Quijote que fue el joven médico idealista Ernesto Guevara de la Serna , años más tarde “El Che” . Granado tuvo la oportunidad de ser un biógrafo en vivo y en directo de uno de los personajes más emblemáticos de la cultura contemporánea, y no sólo eso, sino, y básicamente, su amigo. Granado ha revelado las íntimas claves del paso de un Ernesto a un Che , y ha resuelto muchas interrogantes respecto a las motivaciones y soportes teóricos que incitaron al guerrillero a combatir en el campo. Pero sobre todo, muestra al hombre, al ser humano, al jovenzuelo común y corriente que tomaba mate, padecía de asma y era torpe con las chicas. “Ernestito” , lo llama con nostalgia en algunas entrevistas. Con el triunfo de la revolución cubana, viaja a la Habana para colaborar con el nuevo gobierno (1961). Primero en el campo logístico con el Che, más tarde como científico en el área de Genética en la isla, hasta 1994. La figura de Granado se hizo más popular con “Diarios de Motocicleta” , film que asesoró personalmente, y donde hace un conmovedor cameo en las escenas finales, dirigido por el director brasileño Walter Salles , donde se narran las aventuras de un joven Ernesto Guevara (Gael García) y del mismo Granado (Rodrigo de la Serna) en su periplo por Latinoamérica. Un VIAJE-en todo el sentido de la palabra- que empezaría en diciembre del 51 y que terminaría este sábado 5 de marzo del 2011. En el 2008, Granado regresó a Argentina a propósito del 80 aniversario del nacimiento del Che . Se dice que uno no puede elegir a la familia, pero sí a los amigos. Aunque a veces los amigos son solo la coincidencia geográfica y chacotera que la vida nos pone. Alberto Granado fue ese amigo que estuvo en el lugar y momento indicados. Se podría decir lo mismo de Ernesto Guevara, que tuvo la suerte de tener un amigo como Granado, entusiasta aventurero, sin quien probablemente no se hubiera animado a hacer solo ese viaje iniciático por Latinoamérica. Los amigos que se separaron en Venezuela y se reencontraron en Cuba, llegaron hoy al mismo puerto. Al borde de la Norton 500, “La Poderosa” , de la que se cayeron unas 50 veces durante el viaje. En entrevista a Granado: “(Risas) Por ejemplo, yo me tumbaba en el pasto y decía (a Ernesto) aquí lo importante es que yo me case con una cacica descendiente de Manco Cápac II y empezar la revolución iberoamericana aquí en Perú…” Su cuerpo será cremado, y sus cenizas esparcidas en Cuba, Argentina y Venezuela . (*) Colaborador y escritor de "Criador de pilotos" en poesía; y "De corresponsal a cómplice" de cuentos. Encuentra su columna Hotel de Paso , todos los jueves en La República.pe .