La Casa de la Literatura implementó un novedoso espacio de lectura denominado Urpi, biblioteca itinerante, para fomentar la lectura y el desarrollo de actividades culturales en las zonas rurales de nuestro país. El primero de ellos se instala en las alturas del Cusco.
Los niños, niñas y toda la comunidad del centro poblado Cuncani, en el Valle de Lares, en tierras cusqueñas, cuentan con Urpi, biblioteca itinerante, un nuevo estímulo para acudir a su escuela más motivados. El objetivo es democratizar el acceso a la lectura y contribuir a mejorar los índices de comprensión lectora.
Urpi, biblioteca itinerante, un espacio de diversas actividades culturales. Foto: Casa de la Literatura.
El espacio cuenta con más de 800 libros para todas las edades, además de mobiliario moderno, un panel solar, un proyector multimedia, recursos educativos en lenguas originarias, juegos de mesa y un sistema de aislamiento térmico para mantener el ambiente climatizado.
Con todo ello se realizarán principalmente intervenciones de mediación y comprensión de lectura, así como actividades de proyección de cine, narración oral, títeres literarios, teatro, juegos familiares, entre otras.
La biblioteca aprovecha el diseño y versatilidad de los domos turísticos para brindar un ambiente acogedor y atractivo para la lectura y el desarrollo de actividades culturales a favor de los pobladores de Cuncani y otras comunidades rurales a las que se trasladará el domo llevando lectura y diversas actividades culturales.
En la inauguración de este primer domo dedicado a la lectura en el país participaron los estudiantes junto a sus padres, docentes y autoridades educativas de la región, así como el director de la Casa de la Literatura, Juan Yangali.
"Esta es una iniciativa que obedece al propósito de cerrar brechas en materia de acceso a la lectura en zonas rurales. Empezamos en una comunidad intercultural bilingüe del Cusco, y ya estamos trabajando para desarrollar estrategias similares en la selva y en todo el país”, expresó Yangali.
Es importante señalar que según la Encuesta Nacional de Lectura (2022) solo el 3.1% de la población rural accede a bibliotecas y espacios de lectura.
El domo llevará lectura y entretenimiento a niños de zonas rurales. Foto: Casa de la Literatura.
Asimismo, en ámbito rural, sólo el 18.9% de instituciones educativas cuentan con un ambiente destinado a biblioteca escolar (Censo Educativo 2020), cifras que invitan a tomar acciones en los sectores más vulnerables y con mayores brechas.
En las comunidades alpaqueras, por ejemplo, muchos niños y madres se dedican al pastoreo de sus animales y tienen que caminar durante horas para ir a su escuela.
El tener acceso a información, libros y espacios culturales los motiva a desarrollar sus actividades formativas con mejores oportunidades de recreación y desarrollo de competencias educativas.