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Cultural

Maquillage: La obra censurada de Jorge Eduardo Eielson vuelve al teatro

Carla Valdivia dirige la puesta en escena que fue censurada en Lima de 1950. "El teatro puede abrir puentes y generar diálogos", sostiene.

larepublica.pe
Obra 'Maquillage' en el Teatro Británico. | Difusión.

En Maquillage, Juan (Eduardo Camino) aparece con una máscara y ropa de trabajo. Lleva días sin dormir, pero tiene un propósito: recuperar la empresa de su padre, el dinero y el poder. En su familia hay más de un secreto y su hijo, un artista, espera huir de una ciudad en la que tendría que aparentar ser otra persona. “Esta es una obra escrita hace 75 años y mantiene su vigencia”, comenta la directora Carla Valdivia. “En la obra no se toca directamente el tema de la homosexualidad del personaje, Christian, pero está y es una puerta para hablar sobre cómo él no puede ser verdadero y mostrarse tal cual es”.

La obra de Jorge Eduardo Eielson, ganadora del Premio Nacional de Teatro en 1946, fue censurada en 1950. Parte del texto se había perdido, y Bruno Pólack se encargó de completar el 30 por ciento que faltaba. “Nosotros hemos tenido el texto completo y hemos trabajado con los actores, en un principio, un laboratorio. Nos hemos acercado a la poesía y a su biografía. Después de eso, hemos entrado a ensayar la obra”, dice Valdivia, quien propone una puesta en escena con simbolismos. “Queríamos estar alineados con ello y los significados. También hablamos sobre por qué en su momento había sido censurada”.

La directora coincide en que no habría nada muy polémico hoy, pero sostiene que sigue siendo un “tema fuerte” confrontar al público. “Creo que tenía que ver con que confrontaba a las personas. Este juego en el que le estás hablando al público directamente, le estás diciendo: ‘Tú puedes ser parte de esta ciudad que el personaje detesta’”.

Por su lado, el personaje de Eduardo Camino está en la búsqueda de liderar desde un medio de comunicación y tener un lugar. “Él necesita ser admirado. Desde donde está, quiere ser visto como quien recupera la batuta. Es como pensar que vas a ser admirado si tienes el mejor puesto de la empresa. Pero esas solo son etiquetas y estás cayendo en esta máscara. Y nos ponemos distintos roles”, agrega. “Creo que Eielson habla de la búsqueda de la verdad, desde lo más complejo y humano”.

Se dice que  Eielson escribió el personaje de Christian para retratar un momento de su vida. ¿Piensas lo mismo?

Sí,  es una especie de  alter ego, ¿no? Es un joven que tiene la concepción de vida distinta a la de sus padres. Su padre está más preocupado por el futuro de la empresa, en esta forma de producir dinero, preocupado por el qué dirán, por cómo es visto por el resto. En cambio, el hijo tiene otro tipo de sensibilidad y búsquedas. Es esa fuerza y necesidad que tiene cada  generación —o personas de una familia— de confrontar. Creo que es algo que hoy en día sigue existiendo, hay esta preocupación  de qué dirán los demás y de lo que somos capaces de hacer.

Con la coyuntura actual, ¿qué es lo que más logra una obra como esta?

-Abrir puentes, el teatro puede generar diálogos y hablar de lo que nos perturba. Podemos generar espacios donde el público y los artistas podamos ser aliados en los temas de coyuntura, de todos nuestros intereses como peruanos. Para mí, es un espacio para revelarnos verdades y complejidades.