Hasta 1671 se remonta el origen del monasterio de las Trinitarias, que para inicios del siglo XVIII era hogar de 36 monjas de clausura. Por aquel entonces, en 1702, don Bernardo Gurmendi, un caballero acaudalado de origen vizcaíno, emprendió la obra para construir el templo, que se concluyó 20 años después siendo arzobispo de Lima fray Diego Morcillo. Como en buena parte de las edificaciones del centro histórico de Lima (CHL), la iglesia y monasterio sufrirían cambios a consecuencia de los terremotos en la ciudad. La sucesión de refacciones con el paso del tiempo, además, terminaría por ocultar de la vista de los limeños mucho de su belleza originaria.
Con el ánimo de restituir los valores arquitectónicos, históricos y artísticos de las Trinitarias, la Gerencia de Planificación, Gestión y Recuperación del Centro Histórico de Lima-Prolima inició en junio del 2023 la restauración integral de la fachada del templo y monasterio, ubicados en el cruce de los jirones Áncash y Azángaro, frente al conjunto de la Buena Muerte, en Barrios Altos.
Se trata de una labor que abarca la puesta en valor de todos los elementos del frontis —muros, zócalos, ventanas, vitrales, campanario, puertas, etc.— y la intervención del inmueble a nivel estructural. A la fecha, destaca el hallazgo de pintura mural en las torres del campanario, elaborada bajo la técnica de la grisalla en tonos negros, blancos y grises, con el predominio de figuras geométricas. Esta se encontraba oculta bajo una serie de capas de repintes modernos y viene siendo recuperada por especialistas en la materia.
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A la par, un equipo de escultores y conservadores de Prolima está trabajando una réplica de la alegoría de la coronación de la Virgen María, cuya versión original se perdió durante la primera mitad del siglo XX. El procedimiento parte de un diseño en el cual los especialistas hacen un primer modelado en arcilla, sujeto a modificaciones. Luego se hace un molde en yeso y un vaciado en resina poliéster con los que se obtiene una matriz. Esta será la guía para la escultura tallada en cedro, a instalarse en el frontis del templo, donde se ubicó originalmente. La alegoría está compuesta por figuras del Padre Eterno, Jesús, la Virgen María y una serie de querubines.
Está proyectado que la obra se concluya hacia el último trimestre de este año, siendo una de las seis iglesias que Prolima entregará restauradas a la ciudad durante el 2024. Se sumará al restaurado conjunto de la Buena Muerte, estableciendo un punto clave para atraer e incrementar el turismo en esta zona de Barrios Altos.