Más que un guion colmado de desastre y cuestionables decisiones sociopolíticas, las distopías literarias manifiestan los presagios de los escritores sobre si la realidad actual nos terminará por devorar como individuos a mediano o largo plazo. La autora del libro 'Esclavas', Sophie Canal, profesora francesa que radica en Lima desde 1998 y magíster en Filosofía por la Universidad de Tours, traza sus propias visiones sobre lo que le espera al Perú en su nueva novela posapocalíptica (Pandemonium Editorial 2023).
Denominada como una "novela casa" por ella misma, Canal estratifica el hogar de la patrona (protagonista) en tres pisos con sus particularidades: el primero, el de la servidumbre; el segundo, el de la familia; y el tercero, el del loco, el no reconocido. Según el prólogo de la escritora colombiana Gabriela Arciniegas, de esta forma, "la autora parte del análisis de las casas coloniales peruanas".
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Desde el primer capítulo de esta distopía —ocurre casi siempre mientras avance la trama—, la narradora principal será la dueña de la edificación, personaje que recordará a sus sirvientas o niñeras, una a una. Revalorará su ego al describirlas, a la mayoría, como la más mínima expresión de una humanidad que ha subsistido —parcialmente— a numerosas pandemias y guerras, de las cuales no se sabe bien quiénes son los agresores y quiénes son las víctimas. Sin embargo, la patrona también se indignaba por la falta de rebeldía de las 'esclavas', porque no levantaban las cervices... se asumían inferiores aun cuando se les daba la mano. Para muchas de ellas, el hecho de aceptar ayuda o recibir el pago justo era un exceso de confianza, una traición a su esencia y condición de servidumbre.
"Ellas eran demasiado pobres para mí (...). Odiaba a los pobres, sobre todo, cuando se sometían —dice el ama de casa—, cuando impedían el cambio, cuando se fascinaban por la estrechez, cuando se conformaban. Los miserables siempre se conformaban, abandonan toda voluntad propia. No quieren aprender".
'Esclavas', páginas 33-34.
Presentación de 'Esclavas' en el auditorio Pilar Dughi de la Feria del Libro Ricardo Palma. Foto: Facebook
Estas diferencias sociales se extrapolan a distintos niveles de relaciones interpersonales a lo largo de los siglos y pese a la divulgación de los derechos humanos en las repúblicas: esclavo-capataz, patrona-sirviente, político-pueblo o empleador-empleado. Canal parece restregarnos que esos vínculos de dependencia no se han corroído: nos han vendido que el progreso instauró por fin a individuos civilizados, pero solo se han modificado las caretas y los maquillajes de aquellos que ejercen su poder.
Tributo a la guerra y la omnipotencia de las redes sociales
Este convencimiento de Sophie Canal, acerca de que el género Homo le rinde tributo a la guerra, por dar un ejemplo actual, también fue llevado a la pantalla por el anime de culto 'Shingeki no Kyojin' —'Ataque a los titanes'— en el episodio final de la cuarta temporada, cuando la isla Paradis le abre paso a la era contemporánea (transición de la Edad Moderna hasta los rascacielos). Los ciclos de paz son efímeros, proclama la autora entre líneas. Tarde o temprano, si unos no están de acuerdo con otros, todos se enredan en una conversación explosiva de misiles, bombas y cañonazos. Y este odio se repite sin cesar contra quienes profesan ideologías distintas.
Escenas poscréditos de 'Ataque a los titanes'. Las guerras no terminan. Foto: captura de Crunchyroll
Retomando el clima de guerra inmerso en 'Esclavas' —de no conocer ni a atacantes ni a defensores—, la novela completa o se suma a un esquema compuesto también por Ray Loriga. El escritor y director de cine español, premio Alfaguara de novela 2017, transmitió en su laureada distopía, 'Rendición', cómo todas las personas desconfían de las otras a causa del autoritarismo. Y aquí llegamos a otro punto clave en 'Rendición': la tierra prometida. Todo parece indicar que viajar a la Ciudad Transparente —el falso Edén— devolverá la brújula a los ciudadanos, pero no. Ese disfraz transparente, precisamente, radica en que a través de sus muros se vigila la privacidad de las personas. Esta urbe es comparada a las redes sociales por Loriga, la misma materia de crítica en 'Esclavas'.
Ray Loriga, autor de 'Rendición' , simbolizó a la manipulación actual con su obra ganadora. Foto: difusión
En una entrevista para el medio RTVE, Ray Loriga lo precisó así: "Hemos superado la pesadilla de Orwell, la de El Gran Hermano, donde se suponía que el poder creaba unos mecanismos de vigilancia constante y la hemos mejorado mucho al convertirnos cada uno en delatores de nosotros mismos".
Sophie Canal también hurga en ese nuevo paradigma: la hiperdigitalización del yo. Así es como Katrina entra en escena, empleada del hogar familiarizada con las redes sociales:
"Katrina era una joven esclava milenial (...). Aparte de su celular, extensión de su mano, me acuerdo de que siempre llevaba un neceser de belleza (...) parecía documentar su vida desde que tenía uso de los dedos. Lo primero que te preguntó fue tu cuenta de Instagram. Al recibir una respuesta negativa, puso una cara de descreída. (...) Posteaba sus videos en TikTok (...). Y el hecho es que la chica tenía muchas vistas. Más que tu hijo. Alcanzaba fama en el reino de los esclavos del TikTok".
'Esclavas', páginas 114, 115 y 116.
Los mutantes latinoamericanos
Versión alternativa de los zombis, los comeconciencias son descritos como la cruel reaparición de la última pandemia. Estas criaturas salen en las noches a ingerir conciencias y saben trepar las paredes. Sorprendentemente, les temen a los conejos y ajolotes. Sophie Canal se las ingenia para inventar un método de resistencia efectivo contra ellos: idear guiones, una especie de engaño telepático por medio de la escritura. Así, la dueña de la casa le transmitía a esos descerebrados —leyendo o escribiendo— que no había humanos a los cuales atormentar y, por lo tanto, la familia escapaba del peligro. Dentro de la ficción, estos monstruos amenazantes prometían un mayor desarrollo argumental; sin embargo, se van diluyendo y se les pierde el rastro conforme la novela avanza.
Canal menciona, en la página 76, que existen tres tipos de mutantes en ese universo: los cabezones, que leen la mente de sus presas; los estómagos, pura hambre, variantes de los primeros comeconciencias; y los eros y tánatos, abominaciones que caminan desnudas y solo buscan fecundar y ser fecundados. Queda un sinsabor al analizar cuál hubiese sido la trascendencia de este bestiario si la autora equilibraba la historia entre las sirvientas, la familia y los mutantes.
'Esclavas' es una novela de múltiples interpretaciones que expone la colisión sociocultural entre los entes dominantes y los dominados. Cada referencia a hechos noticiosos o personajes pintorescos de la realidad peruana respirarán en la nuca del lector y le generarán incomodidad.
Sophie Canal te pregunta, mirándote fijamente a los ojos: ¿serás actor o espectador ante los males de tu país? El tiempo para tu respuesta se está empezando a consumir.