Nuñoa es un distrito ubicado en la puna de Puno. Más exactamente, en la provincia de Melgar, vecina a Cusco.
Me atrevería a afirmar que Nuñoa es la capital de la alpaca suri –la raza con la fibra más fina– y de los patriotas más bravos, pues fue aquí donde las tropas realistas sufrieron una dura derrota poco después de la rebelión de José Gabriel Condorcanqui.
También tiene fama de ser un lugar de gente próspera y trabajadora, desde siempre. Prueba de ello fue su importancia ganadera durante el Tawantinsuyo y el virreinato. Incluso, se dice que cuando el virrey Francisco de Toledo ofreció dedicar el poblado a la protección de san Pedro y san Pablo, los pobladores de Nuñoa devolvieron el favor con 20 cargas de oro y plata que enviaron a Lima.
PUEDES VER: Carmen Ollé, personaje de sus memorias
Ahora que se viene la fiesta de la Virgen del Pilar (12 de octubre), patrona de Nuñoa, es bueno saber que el templo San Pedro Apóstol ha sido restaurado y limpiado gracias a la iniciativa de su alcalde, Luis Condori Mendoza, su plana de regidores y del párroco José Morocho.
Y por fuera. El acceso al templo también fue restaurado. Foto: difusión
Pero nada hubiera funcionado sin el apoyo incondicional de sus pobladores y del aporte técnico de la Dirección Descentralizada de Cultura de Puno. De paso, se ha conformado un patronato para gestionar la protección y conservación del patrimonio cultural del Templo San Pedro.
Se trata de una iniciativa que debería replicarse en otros distritos puneños que tienen el privilegio de contar con verdaderas joyas arquitectónicas, como una estrategia para recuperar la visita de turistas peruanos y extranjeros.
PUEDES VER: Víctor Jara: “Soy un trabajador de la música”
Breve historia. El proceso de construcción del templo San Pedro de Nuñoa se inició en el siglo XVI. En sus inicios se construyó como capilla rural y, a diferencia de otros templos virreinales, tiene la peculiaridad de no tener una fachada frontal, sino lateral.