El Teatro Principal Manuel Ascencio Segura ha vuelto a la escena después de estar 11 años cerrado. La noche del miércoles pasado, el alcalde de Lima, el Miguel Eugenio Romero develó la placa de reinauguración del teatro restaurado y modernizado.
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La ceremonia incluyó espectáculos de danza con el grupo Ébano y Preludio Asociación Cultural, en homenaje al centenario del nacimiento de la Victoria Santa Cruz. Asimismo, otro homenaje, a la mítica Yma Súmac con la participación de la cantante lírica Sylvia Falcón.
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En la restauración del Segura, que ocupa más de 5,600 m2, se ha mejorado la climatización y acústica en la sala de espectadores. Asimismo, se ha adecuado las tramoyas para que estas permitan ir desde un cambió físico del escenario a uno virtual. Se ha reconstruido la cúpula y los ornamentos y aplicaciones de pan de oro. Destaca el trabajo que han hecho los escultores, pintores, arquitectos, arqueólogos, yeseros y ebanistas para recuperar los colores originales.
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La historia del Teatro Segura se remonta a 400 años atrás, a 1615, cuando don Alonso de Ávila y su esposa María Del Castillo fundan, en el mismo lugar que ahora ocupa el teatro, el Corral de las Comedias, en donde se presentaba obras de Lope de Vega y otras del Siglo de Oro de España. Años más adelante, en 1662, toma el nombre Coliseo de Comedias, que en el terremoto de 1746 queda dañado.
En 1749 se reconstruyó con el nombre Real Coliseo, era la época que actuaba Micaela Villegas, “La Perricholi”. Allí, el 23 de setiembre de 1821, cantó Rosa Merino el Himno Nacional en presencia de José de San Martín. A mitad del siglo XIX, pasó a propiedad del Estado peruano, pero entrando al siglo XX, en 1908, a la Municipalidad de Lima. Y es así que, en 1929, toma el nombre de Teatro Principal Manuel Ascencio Segura, hasta nuestros días.
El alcalde Romero Sotelo , arquitecto de profesión, condecoró con la Medalla de Lima a Jerí Ramón Ruffner de Vega, rectora de San Marcos y a la arquitecta Alexia León Angeli. Con la Medalla de la Orden al Mérito en el grado de Gran Cruz a los arquitectos Bernardo Miguel Fort Brescia, Adolfo Córdova Valdivia y Enrique Eduardo Ciriani Suito. Está bien, pero extraña que no haya entre los condecorados figuras del teatro peruano.