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Cultural

Eduardo Reyme: “La calle Paruro es la resistencia cultural china”

Eduardo Reyme Wendell. Acaba de ganar el concurso de cuentos convocados por la Asociación Peruana China con motivo de los 173 años de inmigración de los chinos al Perú.

Escritor. Eduardo Reyme Wendell ganó con el concurso con el cuento “Salón Yutai”. Foto: Difusión
Escritor. Eduardo Reyme Wendell ganó con el concurso con el cuento “Salón Yutai”. Foto: Difusión

El escritor y dramaturgo Eduardo Reyme Wendell hurgó historias y vivencias en la calle Capón y Paruro, en el centro de Lima. Se adentró en ese pequeño, pero misterioso enclave oriental, ubicado en el corazón de nuestra ciudad. De allí extrajo una historia para un cuento con el que ganó el Concurso de Relatos Cortos APCH Literario 2022, convocado por la Asociación Peruano China, con motivo de los 173 años de la llegada de los chinos al Perú. El cuento se titula “Salón Yutai”.

Reyme Wendell, que es autor de Los ojos de Angélica, drama sobre Angélica Mendoza de Ascarza, “Mamá Angélica”, fundadora de la Asociación Nacional de Desaparecidos, Anfasep, no tiene ascendencia china, pero, igual, se suma a otros narradores peruanos como Mario Choy, Julia Wong, Julio León, Mario Wong y Siu Kam Wen, que han revelado la comunidad china en el Perú.

Según Reyme Wendell, su relato presenta la historia de un viejo tusán que en el intento de rendirle un homenaje a su esposa difunta, crea un salón de té para reavivar su recuerdo. El lugar se va haciendo de fama en la calle Paruro y empezará a albergar a otros descendientes chinos que ven en él una especie de escape en medio del ruido, el progreso y el caos limeño.

“Cuando todo va bien, el salón de té se ve amenazado por los cambios que quieren derruirlo para construir una galería comercial y el personaje decide entonces tomar una decisión que será cuestionada por la prensa limeña en su afán de vender noticias falsas y en parte por su desconocimiento sobre esta persona”, explica Reyme.

-¿El salón de té te facilitó ver lo tradicional de los chinos?
El salón de té fue el espacio perfecto para concentrar allí la mayor cantidad de tradiciones que me permitía la historia. El pilar fundamental del cuento es la nostalgia y la melancolía. Allí me parece que radica el valor central, además de mostrar cómo lo tradicional se sostiene muchas veces a partir de la pérdida y el dolor. He tratado desde la primera línea de la historia hasta el final alejarme de los arquetipos y las enseñanzas categóricas.

-¿Qué sintetiza el personaje central, el viejo tusán?
Sintetiza la resistencia cultural en medio del caos de Lima, agobiada de marchas y tensiones políticas a su alrededor, pero también he tratado de concentrar allí el arte del comer de los chinos, las supersticiones y las prácticas recreativas típicas de los salones de té, como lo son las peleas de grillos o los concursos de canto de zorzales y oropéndolas.

-¿La calle Paruro sigue siendo un espacio de resistencia de los chinos en nuestro país?
No solo eso, sino que me parece que los inmigrantes chinos ven en Paruro un modelo similar a sus actividades comerciales de antaño. Asentados en dicho espacio, su resistencia pasa desde el lado del lenguaje, el cual muchos mantienen y no ocultan. En sí, el barrio chino no solo es el ejemplo de la resistencia y la adaptación cultural contemporánea, sino que es como el centro de Lima, el espacio de resistencia de los mismos peruanos.