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Cultural

Javier Valdés: “La corrupción está enquistada en el sistema y por eso creen que es normal”

En su regreso al teatro, Javier Valdés se suma a la obra Dos de Ribeyro, la más reciente puesta en escena de Alberto Ísola, en la que encarna a un prefecto oportunista que se aprovecha de su cargo para velar por sus propios intereses.

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Dos de Ribeyro es la más reciente puesta en escena de Alberto Ísola, basada en dos obras de teatro de Julio Ramón Ribeyro. Foto: Dos de Ribeyro

El último cliente y Confusión en la prefectura son dos obras cortas originarias de la década de los 60, dos piezas cómicas y de sátira escritas por Julio Ramón Ribeyro, uno de los más grandes cuentistas no solo del Perú, sino también de Latinoamérica. Con estas, Dos de Ribeyro, el destacado director y hombre de teatro Alberto Ísola regresa a las tablas de forma presencial dirigiendo a solo tres actores en escena: Sandra Bernasconi, Javier Valdés y Roberto Ruiz, quienes dan vida a más de un personaje.

Conversamos con el destacado actor nacional Javier Valdés, con quien reflexionamos sobre el papel del teatro para hacernos recordar qué tan poco hemos cambiado como sociedad.

- Estas dos pequeñas obras escritas en la década del 60 por Ribeyro demuestran, especialmente en el caso de Confusión en la prefectura, donde eres el protagonista, que poco han cambiado las autoridades o las personas que tienen una cuota de poder. ¿A qué crees que se debe este problema intrínseco del peruano?

Me parece que nuestro sistema es absolutamente corrupto, que viene funcionando así desde hace muchísimo tiempo, incluso diría no años, sino siglos. Es decir, la corrupción está enquistada en el sistema y, por eso, algunas personas y autoridades creen que eso es correcto y normal, el acomodarte de un lugar a otro, al que más te conviene. Eso es lo que nos pasa. Llegamos a pensar que, si todos son corruptos o roban, yo seré un estúpido si no lo hago. Ese pensamiento está totalmente metido en la mentalidad de todos y es así como funcionamos.

- ¿Cómo fue tu proceso en convertirte en una autoridad oportunista y que se aprovecha de la gente?

Mi proceso fue a través de los ensayos, de lo que se va investigando de la obra para construir esa realidad que nos está planteando Ribeyro. Por eso, fui construyendo el personaje a través de imágenes. La verdad no fue nada difícil convertirse en una autoridad oportunista y aprovechadora con tantos ejemplos que tenemos hoy en día. Fue un proceso divertido y muy acompañado por dos grandes actores como son Sandra y Roberto.

- ¿Cómo hacer para rescatar nuestro teatro costumbrista y acercarlo a las nuevas generaciones?

Es cuestión de que los teatreros se sigan animando en poner en escena el teatro costumbrista para así invitar a las nuevas generaciones. Para mí, lo más interesante del teatro en general es la posibilidad de vernos reflejados como personas y sociedad. Lo más importante de este tipo de teatro (costumbrista) es que, a pesar del tiempo que ha pasado, nos muestra que no hemos aprendido mucho, que no hemos cambiado y que todo sigue más o menos parecido, incluso hasta cada vez peor como país.

Una casa de alquiler de trajes de novios en el centro limeño es el escenario para El último cliente. Foto: Prensa de 2 de Ribeyro.

Dos de Ribeyro

Alberto Ísola realizó una exhaustiva investigación para la puesta en escena. Él concluyó que la esencia del teatro peruano es costumbrista, pero que esa visión se ha ido perdiendo con el tiempo y que es algo que le gustaría retomar.

Obra 1: El último cliente

Una casa de alquiler de trajes de novios en el centro de Lima es el escenario para la primera puesta, donde tanto el autor (Ribeyro) como el director (Ísola) nos presenta a través de una pareja —Sandra Bernasconi (la embaucada) y Roberto Ruíz (el embaucador)— las formas como la palabra puede ser usada para engañar a los demás al hacernos oír lo que nos gustaría oír, algo muy usado en la política peruana.

Obra 2: Confusión en la prefectura

Esta segunda obra corta se desarrolla en una pequeña prefectura perdida en una lejana provincia del país. Su autoridad (un excelente Javier Valdés) y sus funcionarios de turno no son más que un conjunto de oportunistas que se aprovechan de la gente y juegan con los intereses o la inestabilidad del gobierno de turno, donde cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Las obras se pueden ver hasta el domingo 5 de diciembre en el Teatro de Lucía (Bellavista 512, Miraflores). Las funciones son los viernes y sábados a las 8.00 p. m. y los domingos a las 7.00 p. m. Cabe señalar que la puesta en escena también se puede ver de forma virtual. Las entradas están a la venta en Joinnus o en la boletería del teatro una hora antes de la función.

Confusión en la prefectura se desarrolla en una pequeña prefectura perdida en una lejana provincia del país. Foto: Prensa de 2 de Ribeyro.