Antonio González Montes: “Se ha editado a Ribeyro con la idea de amontonamiento”
El crítico literario ha publicado Julio Ramón Ribeyro. Creador de dos universos: Perú y Europa, su nuevo estudio sobre el escritor peruano.
Antonio González Montes ha publicado Julio Ramón Ribeyro. Creador de dos mundos narrativos: Perú y Europa (Ed. Universidad de Lima), un estudio que rastrea y analiza cuentos ambientados en Perú y Europa, que dice mucho de ese “ir y venir” que fluye en sus relatos como peruano y migrante.
El título me recuerda a Los universos narrativos de José María Arguedas, de Antonio Cornejo Polar.
Hay una cierta afinidad. Lo que ocurre en Arguedas fue un crecimiento geográfico de lo más pequeño a lo más grande. Aquí es una especie de paralelismo, de reunir, por un lado, lo que hay de peruano en Ribeyro y, por otro, lo que hay desde su visión de migrante, pero estableciendo también las correspondencias que hay en muchos relatos que pueden nacer en el Perú y continúan en Europa, o viceversa.
Señala que ya en Cuentos de circunstancias, 1958, Ribeyro interpola esos dos mundos.
Así es, en ese libro ya encuentras, de un lado, cuentos realistas y también cuentos fantásticos; pero también hallas cuentos ambientados en Lima, aunque también está el cuento “Doblaje”, ambientado en Londres. Desde ese libro existe la intención de mostrar uno o el otro universo. No olvidemos que el primer libro de Ribeyro, Los gallinazos sin plumas, fue escrito en París. Claro, lo publicó en Lima. Ribeyro siempre tuvo una vida muy fluida, un ir y venir. Ese ir y venir le permitió seguir el desarrollo de la sociedad peruana, sin dejar de lado lo fantástico.
Como que nunca se fue del país, como revela Los gallinazos sin plumas, escrito en París, pero nunca más cerca del Perú.
Claro, publicado en 1954, en esos años pasaba por una situación económica muy complicada, quizás por eso mismo se preocupó por reunir esos cuentos. En 1972, cuando surge la idea de publicar La palabra del mudo, que es una especie de reestructuración, porque allí incluye libros ya publicados y libros que recién comienza a editar a partir de 1972. En uno de esos tomos, aparece esa división de cuentos ambientados en Europa y en el Perú.
¿Cómo explica esa doble vena, la realista y fantástica de sus cuentos?
Creo que responde a su formación europea, que se dio a través de la fluida relación con su padre, que lo formó literariamente porque con él conoció a los grandes escritores rusos y franceses del siglo XIX. Además, Ribeyro decía que todo cuento fantástico debe parecer realista.
Esa fue su fórmula...
Claro, lo dice en su decálogo, en donde da una serie de pistas y criterios para leerlo. Y siguiendo esas líneas, en este libro he tratado de leerlo, de interpretarlo y de hacer exégesis, en algunos casos amplios, como hago con Silvio en el Rosedal, por el tema peruano y La juventud en la otra ribera, en que el personaje tiene el sueño de conocer París y termina en una pesadilla.
Ribeyro no formó parte del boom, pero como que ahora tiene su propio boom...
Sí, muchos seguidores, peruanos y extranjeros, realizan estudios sobre sus obras. En Perú está El Club Ribeyro, eso significa mucho. Lo que yo digo es que a estas alturas requerimos una nueva edición de sus obras, pero bien hecha. Si comparas las últimas ediciones, la idea parece ser la del amontonamiento. Primero ha sido en cuatro tomos, después dos tomos y, por último, un solo tomo. Un ribeyriano me hacía ver en una de estas ediciones la cantidad de errores y erratas.
En este afán de publicar a autores que ya están ausentes, ¿no se corre el peligro de publicar títulos que ellos no habrían publicado en vida?
Efectivamente, ocurre eso. Ribeyro cuando hace la reunión de sus cuentos en La palabra del mudo excluye conscientemente los cuentos que había publicado en revistas y, sin embargo, ahora han sido incluidos como parte del corpus total de esa obra. Él no llegó a incluir ninguno de ellos porque tenía clara la diferencia de su obra preliminar con su obra posterior.
Algunos críticos dicen que eso pasó con Ciro Alegría...
Tú sabes, los editores tienen una gran influencia, que puede ser positiva o negativa. Por ese afán de publicar, de sumarse al boom de algún autor, publican de todo. Un día escuché al propio hijo de Julio Ramón decir que tenía varios tomos más del diario personal y anunciaba publicarlos. Publicar un diario no es una cosa tan sencilla. Creo que Ribeyro ha llegado a un nivel en el que toda su obra debe ser trabajada de una manera más sensata y no simplemente por engrosar una obra.
Cite ejemplos...
Por ejemplo, en La caza sutil se ha agregado una cantidad de artículos y ya no es lo que Ribeyro quiso. Se ha manejado con otro tipo de criterios, no son criterios del autor, sino de los familiares, los editores, hinchas o los que se consideran albaceas.