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Cultural

Thony Valencia: “Yo celebro el Día del músico todo el año”

Fue el imitador de Kalimba en Yo soy y uno de los semifinalistas de La voz Perú. Su talento tiene el sello de la balada y gran aprobación de reconocidos cantantes nacionales e internacionales. En el Día del músico cuenta sobre sus experiencias en esta profesión.

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Thony Valencia festejará el Día del músico a través de una cita con sus seguidores. Foto: composición LR / Fabrizio Oviedo

“Hoy que te he encontrado sé que no hay nadie más” es un fragmento de “Solo déjate amar”, de Kalimba, y también la dedicatoria que Anthony Valencia Cortez le hace a la música. Él tiene 27 años, una voz privilegiada y una convicción que lo obligó a salir de su ciudad, Piura, a los 18: quería buscar un espacio en el escenario. Lo logró. “Si algún día dejo de cantar es porque me marchité”, cuenta. Pero lo más probable es que si deja de hacerlo, su club de fans y los casi 23.000 seguidores de su Instagram levanten la voz al ritmo de sus tonadas.

Tenía 11 años cuando Percy, el coordinador del coro de niños de la iglesia San Sebastián —“La Sebas”, como le llaman los fieles— descubrió el talento que Anthony camuflaba. Le pidió que interpretara un tema en un salón de ensayo y, frente a 40 personas, se desenvolvió a través de la letra de “Eres mi religión”, de Maná. Ahora, en medio del festejo por el Día del músico, el cantautor recuerda cómo han variado los escenarios y los aplausos, pero jamás la decisión de brillar gracias a su destreza.

Se formó como chef y trabajó en su sector mientras anotaba un plan musical en su agenda: dedicarse a su carrera, formar una empresa y, finalmente, intervenir en la música. Pero ese fue un plan que cambió de rumbo cuando, en el 2013, se presentó en el casting de Yo soy. Si bien en la ciudad norteña había sido parte de la orquesta Piura Boys, esta etapa fue un reto del tamaño de su talento.

¿Cómo tomaste la decisión de viajar a Lima?

Vine a buscar trabajo como chef, ya había terminado mi carrera de gastronomía y tenía algunas propuestas. En Piura había llegado a un límite, ya no podía crecer más con respecto a la música. Tenía que cambiar de ambiente.

Cuéntanos de la primera vez que pisaste un escenario en la capital

Eso fue la gloria (risas). Fue distinto porque se trataba de una experiencia televisiva y sabía que, aunque no había mucho público en el set, la grabación se transmitiría a nivel nacional. Fue un reto fuerte, una ilusión, un sueño despierto porque yo no tenía una familia musical que me incentive, solo una tía canta, nadie más. Cuando era pequeño me paraba frente a la tele e imaginaba que yo era el que estaba ahí.

¿Y sigues cocinando?

Solo en casa (risas).

Pero sí siguió desplegando su talento: una vez instalado en Lima, integró N’Samble y un par de orquestas más. Además, estuvo en el elenco coral de Tony Succar durante su concierto en el Gran Teatro Nacional a inicios del 2020. Ahora se alista para lanzar cinco canciones propias y empezar una gira internacional el año entrante.

¿Qué significa para ti la música? Tal vez tienes una propia definición.

Si tuviera que resumirlo, yo creo que es un don de Dios y es una extensión del alma. Es una forma para poder comunicarme con los receptores. Más allá de lo técnico, veo a la música como algo profundo, que toca el alma. O me alegra o me entristece. Me transporta, me lleva, me eleva. Va más allá del lenguaje. Por eso, los que tienen el privilegio de tenerla en su vida tienen una responsabilidad muy grande. Yo me siento así: responsable de seguir haciendo música para poder llegar a las personas.

¿Y cuál ha sido el momento más emocional de tu carrera?

Dos. Uno lo estoy viviendo ahora, que ha sido mi año para poder tener visibilidad con mi nombre, como Thony. El otro fue cuando llegué a Lima. En medio de tanta soledad, de dejar a mi familia, a mi tierra, la música me sostuvo porque tenía un propósito. Me repetía que el sacrificio es válido porque lo estoy haciendo por lo que amo, por lo que me apasiona.

¿Y el punto de quiebre?

El COVID-19 fue un golpe para la música. (...) No podía trabajar, no podía cantarle a la gente. Si antes era difícil entrar a la radio, a la tele, con esta recesión el desarrollo de la carrera fue un punto de quiebre. Fue un conjunto de frustraciones.

¿Qué acciones tomaste para sobreponerte al impacto de la pandemia?

Yo me considero una persona muy apasionada, además, la música me ha generado disciplina. Traté de acercarme al público a través de un show virtual y aparte creé una empresa de delivery. Soy motero, así que me asocié con gente que tenía vehículos y lo vi como una banda, como una empresa de música, de sincronía. Me fue bien porque le puse la misma pasión como cuando voy a subirme un escenario. Gracias a ese proyecto me pude sobreponer.

Cuéntame sobre tu creación musical

Estoy grabando un disco. Saqué un single en el 2013, pero después paré la producción porque me dediqué a trabajar en la imitación y dejé en stop mi carrera como solista. Desde el 2020 empecé a retomarla. En la pandemia aproveché mi tiempo libre para crear mis canciones, para trabajar en la parte de preproducción. Y este año ya estoy grabando cinco canciones. Mi single promocional va a ser una balada que se llama “Cruel” y se lanza en diciembre con videoclip.

¿Cómo te inspiras para crear tus canciones?

Cuando era un poco más joven me inspiraba en situaciones que me pasaban, pero ahora me inspiro en la historia de los demás. Este disco está hecho casi todo en las experiencias de los demás.

He visto en redes que tu contacto con el público es bastante cercano...

Eso me ha ayudado mucho.

¿Qué haces en tus ratos libres?

Disfruto de la música, pero esta vez me enfoco en ser un oyente, en ponerme al lado del público. También tengo la meta de hacer una canción universal, sueño con hacer un hit, por eso en mis ratos libres estoy haciendo un análisis sobre campos que desconozco. Por ejemplo, estoy viendo transmisiones de videojuegos para entender cómo piensan los más pequeños; también estoy leyendo con respecto a la industria musical. Ah, y me encanta jugar fútbol. Ahora ya estoy regresando a las canchas.

Su mayor referente musical es el estadounidense Brian McKnight. También admira a José José, Frank Sinatra, Juan Gabriel, Emmanuel y Luis miguel. “El último ha sido parte fundamental de mi crecimiento vocal”, señala Thony Valencia. Y así como conserva nombres en la memoria, también lo hace con los episodios que han marcado su trayectoria. Uno de ellos es la interpretación del mix folclórico que cautivó a grandes, chicos y, sobre todo, al jurado de La voz. Su coach, Eva Ayllón, extendió sus felicitaciones y su orgullo.

¿Cuál es el mensaje que más recuerdas de ella?

Más que sus palabras, me quedo con su compromiso. Mi coach fue como una madre, siempre me preguntaba cómo me sentía y me aconsejaba que viviera la canción. La respeto porque es un ícono de la música peruana y porque se involucra mucho con sus participantes. Ella me ha ayudado bastante con la interpretación.

¿Qué consejo le darías a algún músico que está empezando la carrera?

Que sea apasionado y persistente. Sin pasión es imposible hacer música. (...) Yo no sé con qué más me sorprenda la música, pero mi pasión va a a seguir intacta hasta el final.

¿Vas a festejar hoy?

Celebro el Día del músico todo el año, pero yo creo que este año lo amerita. Estoy pensando en hacer una transmisión para compartir con el público. Le agradezco a Dios por haberme escogido para poder desarrollarme en la música, me siento privilegiado. Celebrar la música para mí es agradecer.