San Francisco. AFP
El último gran poeta de la generación Beat, Lawrence Ferlinghetti, que impulsó el movimiento contracultural en Estados Unidos en los años 50 con su librería City Lights y obras propias, murió el lunes a los 101 años, informó esta la tienda.
“Te amamos, Lawrence”, dijo City Lights en Twitter.
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Nacido en 1919 en Nueva York, participó en el desembarco de Normandía en 1944 en la Segunda Guerra Mundial y fue testigo del horror de la bomba atómica en Nagasaki. En 1953 fue cofundador de City Lights en San Francisco.
La librería pronto se convirtió en un medio de expresión de la poesía Beat, un punto de encuentro para sus desenfadados poetas. Dos años después, fue la primera editora de emblemáticos autores como Jack Kerouac, William S. Burroughs y Allen Ginsberg.
Ferlinghetti publicó en 1958 su propio libro “A Coney Island of the Mind”, que vendió más de un millón de ejemplares y lo situó por derecho propio como un poeta importante.
En 1957 fue arrestado por cargos de obscenidad por publicar “Howl” (Aullido), un emblemático poema de Ginsberg que se convirtió en uno de los íconos de la generación Beat.
El poema, que habla de la homosexualidad y las drogas, fue criticado por obsceno, pero Ferlinghetti fue absuelto tras un juicio altamente divulgado.
“El juicio de Howl realmente nos puso en el mapa del mundo literario”, dijo Ferlinghetti en una entrevista publicada en 2018 en la página web de City Lights
La librería -que fue también una de las primeras en ofrecer publicaciones homosexuales y de transgénero- permaneció como un mojón literario e incluso devino un sitio turístico.
Para celebrar los 100 años de Ferlinghetti, desplegó en su fachada una frase de su manifiesto “Poetry as Insurgent Art” (Poesía como Arte Insurgente) (2007): “El papel puede quemarse pero las palabras escaparán”.
Coca-Colonización
Cuando nació en 1919, su padre, un inmigrante italiano, había muerto. Su madre franco-portuguesa fue ingresada en un hospital de enfermos mentales por lo que su niñez transcurrió en Francia con una tía.
Tras alistarse en la armada de Estados Unidos, desembarcó en Normandía en junio de 1944. Luego fue destinado a la ciudad japonesa de Nagasaki semanas después de haber sido arrasada por una bomba atómica en 1945. Los horrores de los que fue testigo, lo tornaron un eterno antibelicista.
Tras lograr una maestría en la Universidad de Columbia en Nueva York y un doctorado en literatura comparada en la Sorbona de Paris en 1950, Ferlinghetti se instaló en San Francisco.
La librería City Lights congregó escritores bohemios que rechazaban lo que Ferlinghetti llamaba la “Coca-Colonización” de Estados Unidos
Inspirado por autores como William Blake, Louis Ferdinand Celine y Aldous Huxley, impulsó la subcultura de los “beatniks”, que procuraba que la poesía se liberase de la academia a través de composiciones libres y descontracturadas.
Ferlinghetti escribió muchos libros de poesía pero también obras y novelas. Su autobiográfico “Little Boy” fue publicado cuando cumplió 100 años. También fue un prolífico pintor.
El hombre de la calle
El lenguaje, el humor y lo que decía Ferlinghetti “eran cosas que seducían, que podían ser entendidas por el hombre de la calle”, dijo el autor y crítico literario Gerald Nicosia in 2019.
Anarquista moral y socialista, viajó mucho. En “Writing Across the Landscape” (2015) narró cómo se cruzó con el líder cubano Fidel Castro y el poeta chileno Pablo Neruda.
También se adentró en la España del dictador Francisco Franco y tuvo encuentros con disidentes soviéticos.
En 2012, rechazó un premio literario parcialmente financiado por el gobierno de Hungría debido a sus preocupación por los derechos humanos en ese país.
Preguntado sobre el secreto de su longevidad respondió: “Ten una buena risa y vivirás más”.
“Lawrence te arrancaba risas y luego te golpeaba con la verdad”, dijo el director de cine Francis Ford Coppola en el sitio web de City Lights .
City Lights dijo que Ferlinghetti “siguió escribiendo y publicando nuevos trabajos hasta los 100 años y su obra le valió un lugar en el modelo de Estados Unidos”
“Su curiosidad no tuvo límites y su entusiasmo fue contagioso, y lo extrañaremos enormemente”, dijo la librería en su sitio en la web.