El coronavirus está tras de nuestros familiares, de nuestros amigos y también tras de nosotros. La redes sociales se han convertido en una suerte de heraldo que nos avisa de la muerte de algún amigo y ser querido. Esta vez trajo la triste noticia del fallecimiento del arquitecto y diseñador gráfico Eliseo Guzmán Negrón, conocido como EGÚN. Para los amigos, su final ha sido repentino, nadie lo esperaba. Ha sido una triste sorpresa.
Esta tristeza se multiplica más todavía porque su compañera, su esposa, Martha Ribbeck, ahora mismo libra una dura batalla contra el virus.
Eliseo Guzmán Negrón era limeño, tenía 75 años de edad. Como muchos artistas gráficos, incluso artistas plásticos –como Fernando de Szyszlo– han devenido desde el campo de la arquitectura. EGÚN estudió en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), en donde tuvo como compañero de estudios a Carlos Tovar Samanez, “Carlín”, el afilado humorista gráfico de La República.
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La vida universitaria los acercó como amigos, la pasión por el arte de dibujar y diseñar, los llevó a realizar proyectos juntos. Como todos los jóvenes, impetuosos, participaban en concursos de entonces, y ganaban. No tenían otra formación que la de ser autodidactas.
Sobre esos trabajos en común, “Carlín” recuerda que ganaron el premio para el afiche de la Feria del Libro Ricardo Palma, de Miraflores, en 1973.
Eliseo Guzmán trabajó en proyecto editoriales, siempre de izquierda y de causas populares. Juan Acevedo recuerda que cuando llegó a la revista Marka en el año 1977, Guzmán Negrón era quien la había diseñado y las coordinaciones para sus trabajos eran con él. Una muestra de sus obras está en El diseño gráfico en Lima. 1960 (ediciones Noche del Sol, 2018), libro de Octavio Santa Cruz.
Pero no solo trabajaba diseños, sino que también su lápiz exploraba el humor gráfico. Así lo demostró en sus viñetas y dibujos en Marka y en la revista Monos y Monadas. Además, hizo portadas de libros, logos y afiches.
Como arquitecto también ha dejado obras. Entre ellas, el diseño para el pueblo de La Arena, Piura, con techos de caña brava para ser levantados por autoconstrucción. Con Estuardo Núñez Carvallo hizo una gran investigación sobre los grupos de poder en el sector vivienda, que fue su tesis de bachillerato en la UNI.
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“Con la muerte de Eliseo –dice Juan Acevedo–, me he sentido varado. Ayer no hice nada. He perdido un amigo, hemos perdido un maestro, un hombre bueno”. Acevedo sostiene que EGÚN tenía un diseño nítido, “casi como su propia persona”. “Trabajaba con las líneas horizontales y verticales, buscando un equilibrio como lo hizo con la portada de Yawar Fiesta, la novela de Arguedas”.
“No solo era un maestro en lo gráfico, sino también era un hombre consecuente, con una vocación social muy clara. Consecuencia entre sus ideas, su credo político y las cosas que hacía. Trabajó proyectos de vivienda popular, siempre conv el pueblo”, dice Acevedo.
Ese hombre bueno y consecuente ahora ya no está.
Carlos “Carlín” Tovar. Filósofo y caricaturista
Se me fue una amistad de 56 años de duración. El gran Eliseo Guzmán, compañero de aulas y de tesis de bachillerato en arquitectura, coautor conmigo de afiches, logotipos, compañero de militancia política, trepábamos escaleras de mano para pintar murales políticos a medianoche, en universidades. En su casa pasamos años haciendo la tesis, teniendo reuniones de círculo de VR, carburando diseños para propaganda política, y pateando pelota en el jardín o en el parque de enfrente, con Etalo Núñez y Manolo Zubiate.