El diario El País lo reseña muy bien: Muere a los 79 años Peter Fonda, el rostro de la contracultura norteamericana. Ayer, el protagonista de Easy Rider falleció en su casa de Los Ángeles por fallos respiratorios debido al cáncer de pulmón.
Peter Fonda tenía un apellido de leyenda. Nacido en 1940 en Nueva York, era hijo de Henry Fonda, una de las más grandes leyendas del Hollywood.
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Hermano de la actriz Jane, Peter murió tranquilamente en su residencia de Los Ángeles, rodeado de su familia, indicó un comunicado. “Estoy muy triste. Era mi querido hermano pequeño. El hablador de la familia. He pasado momentos maravillosos a solas con él en los últimos días. Se marchó riéndose”, dijo Jane Fonda.
Easy Rider, escrita por Peter Fonda, Dennis Hopper y Terry Southern, interpretada por los dos primeros y dirigida por Hopper, es una de las películas representantes de la contracultura estadounidense de los años 1960. Su historia habla de la búsqueda de libertad a través de una odisea en moto por los grandes espacios del suroeste estadounidense.
La imagen de Peter Fonda con las piernas extendidas en su Harley-Davidson pintada con los colores de la bandera estadounidense es un emblema del cine de esa época. Un ejemplar de esa moto se subastó por 1,35 millones de dólares en 2014.
Fonda y Hopper conduciendo sus motos por el desierto, con el sol en la cara y bañados con la canción ‘Born to be Wild’ quedó como una de las escenas más reconocibles de la historia del cine. Fonda fue nominado al Óscar al mejor guion.
Junto a Dennis Hopper y Jack Nicholson, Easy Rider, la película cuyas imágenes de libertad vendrían a definir el espíritu de aquel año y de su generación.
Fonda hizo Easy Rider con 384.000 dólares, “lo mismo que le había costado a Roger Corman Los ángeles del infierno”, según recordaba este año en The Hollywood Reporter.
Se rodó en siete semanas entre Los Ángeles y Nueva Orleans y fue un enorme éxito en salas. La película marcó el camino para el cine independiente de la década siguiente.
Si bien al principio Fonda tuvo una carrera de pequeños papeles, luego nunca escapó, ni quiso, la imagen de motero libre con la que forjó en 1969 uno de los íconos de los 60 y la contracultura norteamericana.
Para una generación sería siempre Wyatt, subido en una moto Capitán América, con gafas de sol y casco de barras y estrellas. Siempre recordaría ese rodaje en las cinco décadas siguientes. El actor preparaba un evento especial por el 50 aniversario de Easy Rider.