Pedro Morillas. Empresario y escritor ha publicado Bicentenario, novela donde recrea a un país en crisis y sus posibles salidas.,Por Giovanna Rubina Puede irse a vivir a cualquier parte del mundo, pero se quedó en esta Lima gris para disfrutar de su familia y amistades. No se considera un intelectual, pero sí autor de libros en los que plasma lo que piensa, sin anestesia ni diplomacias. El empresario Pedro Morillas, al borde de cumplir 80 años, intenta despertar conciencias adormecidas, lejos de pretensiones y fanfarrias, como lo hizo en País combi, un libro crudo, crítico. Ahora ha publicado Bicentenario (Ed. Saxo), una novela que recrea un país en crisis y las posibles salidas. ¿Por qué Bicentenario? ¿Nada que celebrar? Abres un periódico y ¿qué lees?: que la minería ilegal es inmanejable, que el tráfico es un desastre, que el Congreso va a investigar y no legislar, que un bus se quema y mueren 17 personas ¿Qué nos produce? Desánimo, asco. Mi propósito es convertir esto en esperanza, decirles que sí se puede. PUEDES VER Inauguran muestra que retrata la participación de Arequipa en la Independencia del Perú Su narrativa resulta testimonial, nutrida de crítica social y realismo. Es verdad. Me inspira a escribir la necesidad que hay en el país de que alguien con experiencia cuente hechos reales, nos guste o no. Ahora incursionas con un formato novelado. Se tenía que abordar temas tabúes y vacas sagradas, y así se hizo para atizar el fuego del debate y encontrar el cambio que buscamos. En la novela, a través de una tertulia de tres generaciones, durante dos largas noches, los personajes comparten agridulces historias, de triunfos y frustraciones. Todas esas experiencias aportan ideas prácticas de cómo cambiar nuestro futuro en base a ejemplos ocurridos en otros países que atravesaron esos mismos problemas. ¿Ser escritor es una opción ahora que ya no es empresario? Soy consciente que a mi edad no puedo ser político y líder en nada. Lo único que puedo hacer es escribir, despertar la conciencia adormecida... PUEDES VER Proponen declarar feriado el 6 de agosto en conmemoración a la Batalla de Junín ¿Y qué gana usted con publicar este libro? Escribo para que la gente lea, tome conciencia para lograr el cambio y no seamos víctimas del engaño y rapacería de políticos manipuladores… No debemos barrer nuestra historia bajo la alfombra. Entendamos cómo estamos y que así es como tenemos que cambiar. Hay ejemplos, no hay que inventar nada, solo repetir lo que otros han hecho bien. Don José, uno de los personajes, es un hombre que ha vivido mucho. ¿Su álter ego? Ya quisiera que fuera así. Don José es el patriarca, un trotamundos que, gracias a sus continuos viajes al extranjero y su vasta experiencia, analiza y ofrece soluciones audaces, pero posibles. Aborda el tema del terrorismo desde la vivencia de otros dos personajes, Álvaro y José Carlos, un exsenderista. Es necesario tocar el tema del terrorismo porque fue un fenómeno que nos afectó. Mis personajes ya resolvieron su vida, lo pueden decir porque les importa un carajo lo que la gente pueda creer de ellos. Por ejemplo, yo voté por los ‘rojos’ en la universidad porque la lectura y la época me llevaron a eso, pero fui evolucionando y obtuve un balance con qué puedo contribuir a mi país. PUEDES VER Vizcarra: “Nuestro objetivo es que al 2021 hayamos concluido la reconstrucción” También considera que no hay necesidad de tener FFAA. Para qué queremos Fuerzas Armadas si no tienen sensores, drones, robots ni armas dotadas de inteligencia artificial, como hay en otros países. ¿Vamos a poder competir con eso? ¡Imposible! Hay países pequeños que no tienen FFAA, sin embargo, tienen un mejor estándar de vida y rankings de competitividad más altos. Ese presupuesto debe utilizarse en educación, salud e infraestructura. Lo mismo ocurre con las reservas internacionales. ¿Qué hacemos con dinero en el banco si vivimos miserablemente? Utilicémoslas mejor. Le tomó dos años escribir Bicentenario, ¿será el último? Yo creo que sí. A mi edad quiero vivir mi vida y mi vida es visitar amigos, leer, viajar, jugar al golf, y si me dedico a escribir otro libro, no voy a tener tiempo. Ahora me doy cuenta mejor que el tiempo es más valioso que el dinero.