Lurín. La obras del Museo Nacional de Arqueología avanzan y se proyecta como el más imponente de América Latina.,Tendremos crisis políticas, escándalos de corrupción, golpes de Estado, “paquetazos” y hecatombes, pero alguna novedad vinculada a nuestro pasado histórico siempre será una noticia reconfortante para los peruanos. Mejor aún si se trata de algún descubrimiento arqueológico.En su discurso de juramentación como presidente, el Ing. Martín Vizcarra hizo alusión al Bicentenario de la Independencia como un objetivo para recuperar la paz social y la economía maltrecha. Sin embargo, la única obra de importancia que podrá ser inaugurada el 28 de julio del 2021 será el imponente local del nuevo Museo Nacional de Arqueología (MUNA). Y las obras avanzan pese a los esfuerzos adversos de los dos titulares del Ministerio de Cultura de la era PPK.En un vuelo de drone desde Pachacámac, el MUNA ya denota su imponente construcción (ver fotografía) pese a que durante la gestión de Salvador de Solar se ordenó reducir la construcción en casi 12 mil metros. El recorte, empero, encareció la obra y significó la anulación de una sala que iba a servir como “museo para niños”. Su sucesor, Alejandro Neyra, decidió cambiarle de nombre por “museo nacional”, sin entender que más que un museo, el MUNA será un centro de investigación y un depósito moderno para nuestro patrimonio.“El edificio se concibió y diseñó en todos sus detalles como un museo de Arqueología, no un edificio para oficinas o un museo de otra cosa. No es un Museo Nacional, así en genérico, sino el Museo Nacional de Arqueología”, sostiene el Dr. Luis Jaime Castillo, gestor de la obra durante su gestión como viceministro de Cultura.Pese a que será la única obra de importancia para celebrar el Bicentenario, el MUNA fue “olvidado” durante la gestión de PPK. La construcción, empero, avanzó gracias a que depende de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops). Pero ¿qué es lo que falta?Para Castillo, “lo primero es nombrar a un director. Ahora el proyecto está acéfalo. Segundo, hay que ponerse a trabajar en serio en el guion definitivo, con un equipo de primer nivel, en la museografía y museología. Tercero, el Muna debe estar adecuadamente equipado. Hay que acabar con la discusión de las colecciones. Los depósitos del MUNA deben ser el nuevo hogar de las telas Paracas excavadas por Julio C. Tello, de los huacos que vienen del antiguo museo Víctor Larco, etc. Finalmente, el MUNA debe ser la sede del Sistema Nacional de Museos y de los Laboratorio Nacionales del Patrimonio Arqueológico.❧