El primer largometraje animado de Disney fue “Blanca Nieves y los siete enanitos” de 1937, una historia que pavimentó el camino hacia una franquicia de princesas que, en su mayoría, veían en los roles masculinos una figura necesaria para una vida de ensueño. Sin embargo, con el pasar de los años, el enfoque ha ido cambiando y el más reciente ejemplo es la oscarizada “Encanto”.
Encanto es un musical animado inspirado en el realismo mágico colombiano. Foto: Disney.
En las últimas dos décadas, ‘La casa del ratón’ ha ido explorando, especialmente a través de Pixar, aspectos cada vez más profundos de la vida. En razón de ello tenemos títulos como “Inside out” y “Soul”, con las que desmenuzaron el desequilibrio emocional e incluso la conciencia y la muerte.
De ese modo, notamos que las crisis existenciales y la presión de antiguas generaciones sobre las actuales son el nuevo eje de las cintas de la compañía. Con “Encanto” sabemos que los miembros de la familia Madrigal son impulsados por la abuela Alma a conservar un legado y que todo sea perfecto.
Sin embargo, las relaciones familiares y el peso de la generación más antigua puede hacer que las más jóvenes no se sientan “lo suficientemente buenas” mientras intentan mantener los valores y cargar con lo que vino antes. Mirabel rompe con estos estándares.
Una aproximación similar se adopta en “Red”, en la que somos testigos de cómo Mei quería alejarse de aquellos terrores del pasado que la convertían en un panda rojo gigante, hasta que descubrió que su madre tampoco hubiera deseado lo mismo para ella cuando era joven.
Otro ejemplo claro es “Valiente”. Mérida, la princesa del reino de Escocia, es obligada por su madre a seguir las reglas de un matrimonio arreglado, por lo cual su mano es puesta como premio de una serie de competencias: la libertad de su futuro y de su pueblo depende de quién gane.
No obstante, en el tramo final y luego de haber convertido a su madre en un oso con un hechizo, vemos el desarrollo de una relación madre-hija un tanto frívola a un perdón y comprensión sanadores. Es justamente esto en lo que se apoya Disney para conectar con una audiencia distinta a la de años anteriores.
Las recientes propuesta de la firma guían al espectador a través de tramas que buscan la reconciliación del presente con el pasado.
De hecho, empezamos a notar que los villanos ya no son necesariamente seres extraños con sed de venganza. Los nuevos malos de la historia son miembros de la familia que no se dan cuenta el daño que pueden hacer al tratar de cumplir parámetros que también les impusieron en algún momento.
Por lo pronto, los cuentos de hadas con princesas dependientes y príncipes azules sobreidealizados parecen haber quedado atrás. Es más, las películas de Disney han dejado de ser solo para niños.
Sí, son muy coloridas y llenas de positivismo, pero eso es en la superficie y para captar la atención de los pequeños, ya que el mensaje más urgente y clave está enfocado en los adultos. La reconciliación familiar y sanar a nuestro niño interno se han convertido en lo más importante. Para prueba la siguiente imagen viral creada por el portal Okchicas.
Disney ha cambiado el enfoque de sus películas, con tramas adultas y maduras. Foto: Okchicas