Desde la Tierra, se puede distinguir varios cambios en el aspecto de la Luna, ya que se trata del astro más cercano a nosotros. Por ejemplo, se ve de un color rojizo cuando hay eclipse lunar y como una superluna cuando el satélite alcanza el perigeo, el punto orbital más próximo al planeta.
Sin embargo, no es necesario esperar tales eventos para dejarse sorprender por el astro. Todos los días parece ser más grande cuando está cerca del horizonte que cuando se ubica en lo alto del cielo.
Este efecto óptico es conocido como la ilusión de la Luna y ha intrigado a los científicos desde la antigüedad, quienes creían que era un efecto producido por la atmósfera terrestre u otro evento físico.
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A lo largo de la historia se han vertido distintas teorías para explicar este fenómeno, que en realidad se basa en la errónea percepción humana sobre la distancia y la perspectiva.
Una de las primeras explicaciones fue la teoría de la distancia, vertida en el siglo XI por el matemático árabe Ibn Al-Haytham. Esta sugiere que nuestra mente tiende a ‘inflar’ nuestra distancia con los objetos del horizonte en comparación con aquellos que están encima de nosotros.
Así, cuando la Luna está arriba, la percibimos más cerca y, por lo tanto, más pequeña; mientras que, cuando está en un horizonte distante, la percibimos más lejos y más grande.
Por otro lado, la hipótesis del tamaño relativo señala que, en nuestra mente, tendemos a exagerar el tamaño del astro porque no tenemos un referente en el cielo para estimar el tamaño de los objetos celestes. Esto es similar a la ilusión de Ebbinghaus, que muestra que dos elementos iguales pueden verse muy distintos en tamaño dependiendo de lo que los rodea.
El efecto óptico también se puede sustentar en la ilusión de Ponzo, propuesta el siglo pasado por el psicólogo italiano Mario Ponzo. Esta plantea que, cuando se dibujan dos líneas de la misma longitud, dos líneas convergentes, se cree que la de arriba es más grande que la de abajo. Esto se debe a cómo tu cerebro interpreta la distancia y la perspectiva.
En la imagen, las dos líneas rojas paralelas son de igual tamaño aunque no lo parezca. Ilusión de Ponzo. Foto: Ilusionario Blogspot
Sin embargo, según la NASA, esta explicación tampoco es perfecta, ya que los astronautas en el espacio, sin objetos en un primer plano de su vista, también experimentan la ilusión.
Una forma de corroborar la ilusión es tomándole fotos a la Luna cerca del horizonte y otra en el cenit (ambas deben conservar la misma configuración o ubicación de la cámara).
Tras comparar las imágenes, observarás que el tamaño del disco lunar es el mismo. Lo mismo se puede hacer viéndola a través de una hoja de papel enrollado en las dos situaciones distintas.