Transportar un solo ladrillo a Marte puede tener un costo demasiado alto —US$ 2 millones—; por ello, la futura construcción de una colonia sobre la superficie del planeta rojo parece estar más arraigada en la ficción, aunque la tecnología interplanetaria siga desarrollándose, explica un grupo de científicos en un comunicado acerca de un estudio publicado en la revista Materials Today Bio.
Aled D. Roberts, del Instituto de Biotecnología y Departamento de Química en la Universidad de Manchester, con la colaboración de otros cuatro investigadores del Reino Unido y Noruega, sugiere que se puede crear un material tan fuerte como el concreto ordinario a partir de una proteína de la sangre humana, además de un compuesto de la orina, el sudor o las lágrimas, denominado AstroCrete. De esta forma, los astronautas construirían asentamientos extraterrestres combinando estos elementos con tierra lunar o polvo marciano.
La proteína común del plasma sanguíneo se llama albúmina de suero humano, la cual puede usarse como aglutinante, sustancia que mantiene fijo un soporte. El material resultante tiene resistencia a la compresión comparada al hormigón.
A su vez, la incorporación urea, “un producto de desecho biológico que el cuerpo produce y excreta a través de la orina, el sudor y las lágrimas”, aumentaría la resistencia en un 300%.
Biocompuestos hechos de tierra simulada de Marte y luna, junto con una proteína sanguínea común. Foto: Roberts et al./University of Manchester
“Los científicos han estado tratando de desarrollar tecnologías viables para producir materiales similares al concreto en la superficie de Marte, pero nunca nos detuvimos a pensar que la respuesta podría estar dentro de nosotros todo el tiempo”, declaró Roberts en el comunicado de la Universidad de Manchester.
En una misión realizada en el planeta rojo y tripulada por seis astronautas, durante dos años, según el documento, “se podrían producir más de 500 kg de AstroCrete de alta resistencia”.
El dr. Roberts se mostró emocionado por cómo la sangre animal utilizada históricamente como mortero o aglutinante contribuye ahora a inspirar y solucionar un gran desafío de los expertos en la era espacial.
“Los científicos investigaron el mecanismo de unión subyacente y encontraron que las proteínas de la sangre se desnaturalizan, o se ‘cuajan’, para formar una estructura extendida con interacciones conocidas como ‘láminas beta’ que mantienen unido el material firmemente”, se lee en el informe especializado de la Universidad de Manchester.