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Ciencia

Cambio climático amenaza reducir la producción de alimentos

Las crecientes emisiones de dióxido de carbono podrían afectar hasta un tercio de la producción global tanto agrícola como ganadera.

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Las emisiones de dióxido generarían severas consecuencias en la producción global de alimentos. Foto: GLR

El cambio climático podría afectar severamente la producción de alimentos según un estudio publicado en One Earth por la Universidad de Aalto. El crecimiento descontrolado de los gases invernadero puede llevar, a fin de siglo, a que un tercio de la producción mundial actual de alimentos quede fuera de un espacio climático seguro.

Los investigadores definen el concepto de espacio climático seguro como áreas donde actualmente se lleva a cabo el 95% de la producción agrícola, gracias a una combinación de tres factores climáticos: lluvia, temperatura y aridez.

El estudio manifiesta que este escenario se debería al ritmo de crecimiento actual de las emisiones de dióxido de carbono. Las áreas en el sur y sudeste de Asia se verían gravemente afectadas por cambios en las precipitaciones y aridez, así como el calentamiento del clima. Estas también son zonas que carecen de la capacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes.

“La buena noticia es que sólo una fracción de la producción de alimentos se enfrentaría a condiciones aún no vistas si reducimos colectivamente las emisiones, por lo que el calentamiento se limitaría a 1,5 o 2 grados Celsius”, explica Matti Kummu, profesor de problemas mundiales de agua y alimentos de la Universidad de Aalto.

Se evaluó cómo el cambio climático afectaría 27 de los cultivos alimentarios más importantes y 7 tipos de ganado diferentes. Los resultados muestran que las amenazas afectan a países y continentes de diferentes formas; en 52 de los 177 países estudiados, toda la producción de alimentos permanecería en el espacio climático seguro en el futuro. Estos incluyen Finlandia y la mayoría de los demás países europeos.

“La producción de alimentos se desarrolló en un clima bastante estable. El crecimiento continuo de las emisiones de gases de efecto invernadero puede crear nuevas condiciones, y la producción de cultivos alimentarios y ganado simplemente no tendrá tiempo suficiente para adaptarse “, dice Matias Heino, uno de los autores principales de la publicación.

Los países ya vulnerables como Benin, Camboya, Ghana, Guinea-Bissau, Guyana y Surinam se verán sumamente afectados de no realizar cambios, dejando hasta el 95% de la producción actual de alimentos fuera del espacio climático seguro. Estas naciones tienen una capacidad mucho menor para adaptarse a los cambios.

En total, el 20% de la producción agrícola mundial y el 18% de la producción ganadera amenazada se encuentran en países con poca capacidad de adaptación a los cambios.

Reducción inevitable

En caso las emisiones de dióxido de carbono logren ser controladas, se estima que la zona climática más grande del mundo en la actualidad, el bosque boreal, que se extiende por el norte de América del Norte, Rusia y Europa, se reduciría de sus actuales 18,0 a 14,8 millones de kilómetros cuadrados para 2100.

De lo contrario, solo quedarían aproximadamente 8 millones de kilómetros cuadrados de la vasta selva. El cambio sería aún más dramático en América del Norte: en 2000, la zona cubría aproximadamente 6,7 millones de kilómetros cuadrados, para 2090 podría reducirse a un tercio.

También se vaticina que la tundra ártica desaparecería por completo si no se controla el cambio climático. Por otro lado, se proyecta que el bosque seco tropical y las zonas desérticas tropicales crecen.

”Si dejamos que crezcan las emisiones, el aumento de las áreas desérticas es especialmente preocupante porque en estas condiciones casi nada puede crecer sin riego. Para fines de este siglo, podríamos ver más de 4 millones de kilómetros cuadrados de nuevo desierto en todo el mundo”, agregó Kummu.

Si bien se trata de un primer estudio sobre las condiciones climáticas en zonas de cultivo de alimentos en la actualidad el mensaje es claro: se necesita medidas urgentes.

“Necesitamos mitigar el cambio climático y, al mismo tiempo, impulsar la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios y sociedades; no podemos dejar atrás a los vulnerables. La producción de alimentos debe ser sostenible”, dice Heino.